La reciente incursión de Mexicana de Aviación en la ruta entre el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y Tulum ha desatado una ola de críticas debido a que sus precios duplican los de otras aerolíneas que cubren el mismo trayecto. Esta situación contrasta con la expectativa de que, al ser una compañía respaldada por el gobierno, ofrecería tarifas más accesibles y fomentaría la conectividad en regiones menos atendidas. El debate se centra en si la aerolínea cumplirá su compromiso de servicio público frente a la lógica del mercado.
El 21 de agosto de 2025, Mexicana de Aviación, en su vuelo inaugural operado por una flamante aeronave Embraer desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) con destino al paradisíaco aeropuerto de Tulum, se encontró en el centro de una polémica. Las tarifas de la aerolínea generaron una notable insatisfacción al duplicar, en ciertos casos, los precios de sus competidores.
Los boletos para el vuelo matutino, que partía a las 10:00, alcanzaban hasta 4,029 pesos mexicanos (aproximadamente 215 dólares), incluyendo una franquicia de equipaje de 15 kg de mano y 25 kg documentados. Para la clase económica, el costo se situaba en 2,229 pesos (alrededor de 119 dólares). Otro vuelo posterior ofrecía una tarifa económica de 1,829 pesos (unos 97 dólares), cifras que, según reportó El Financiero, eran considerablemente superiores a las de otras aerolíneas.
En un análisis comparativo, Viva Aerobus, con un vuelo programado para la misma jornada, presentaba una tarifa inicial de 1,158 pesos mexicanos (cerca de 62 dólares) para servicios básicos, lo que representaba casi la mitad del precio de Mexicana. Incluso su tarifa más elevada, que incluía 15 kg de equipaje de mano y 25 kg documentados, ascendía a 1,766 pesos (aproximadamente 95 dólares), menos de la mitad de lo que cobraba Mexicana.
A pesar de que Aeroméxico ofrecía un precio superior al de Mexicana para la misma ruta, la crítica principal hacia Mexicana de Aviación radicaba en su condición de aerolínea estatal. Existía la expectativa generalizada de que, como entidad gubernamental, su propósito sería ofrecer tarifas más competitivas y expandir la conectividad a destinos que carecen de ella, como las históricas ciudades de Chichén Itzá y Palenque.
José Suárez Valdéz, un reconocido analista aeronáutico, expresó en Imagen Radio su preocupación: "El compromiso de la aerolínea de México era conectar aquellas ciudades que no tienen conectividad, y tienen razón; este lunes inicia la ruta a Tulum con un precio alrededor de unos 2,500 pesos mexicanos (unos 134 dólares), una tarifa que se puede encontrar a Tulum o Cancún (desde Ciudad de México). Por lo menos y por lo que entendimos, debería tener tarifas competitivas."
Es relevante recordar que Mexicana de Aviación, según informó REPORTUR.mx, está programada para recibir un respaldo financiero de 4,797 millones de pesos (aproximadamente 252 millones de dólares) de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), destinados a la adquisición de activos, lo que subraya el debate sobre la justificación de sus tarifas elevadas dadas las inversiones estatales.
La situación de Mexicana de Aviación plantea una pregunta fundamental: ¿cuál es el verdadero propósito de una aerolínea estatal? Si bien se espera que actúen como un motor para la conectividad y el desarrollo regional, la fijación de tarifas que superan a las del mercado privado genera dudas sobre la eficacia de su modelo. Es crucial que estas entidades mantengan un equilibrio entre la viabilidad económica y el cumplimiento de su mandato social, garantizando que los beneficios de la inversión pública se traduzcan en ventajas tangibles para los ciudadanos.