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China ha logrado un avance significativo en la vida espacial al introducir un horno experimental en su estación orbital, Tiangong, permitiendo a los astronautas cocinar carne por primera vez. Este logro, que va más allá de la simple preparación de alimentos en microgravedad, subraya el compromiso del país asiático con la mejora de la autonomía y el confort en el espacio, demostrando que incluso a 400 kilómetros de altura, es posible disfrutar de una comida reconfortante y conectar emocionalmente con la Tierra.

El dispositivo ha sido meticulosamente diseñado para operar sin aceite y sin emisiones de humo, enfrentando y superando desafíos técnicos como el control preciso de la temperatura y la gestión de residuos en un entorno de microgravedad. Este horno, capaz de completar más de 500 ciclos de cocción sin fallas, se suma a iniciativas anteriores, como el horneado de galletas en la Estación Espacial Internacional en 2019, marcando un camino hacia una experiencia espacial más hogareña. Además, la estación Tiangong ahora ofrece a sus ocupantes una variedad de más de 190 platos, complementados por un pequeño huerto que produce vegetales frescos, integrando la tecnología con el bienestar de los taikonautas.

Este avance no solo representa un triunfo tecnológico, sino que también tiene un profundo componente emocional, ya que permite a los astronautas celebrar tradiciones y mantener un vínculo psicológico con su hogar. La estación Tiangong, un verdadero hogar en órbita, combina ciencia, ingeniería y emoción humana, proyectando una visión de un futuro en el que los confines del cosmos podrían convertirse en extensiones naturales de nuestra vida cotidiana, transformando la percepción de lo que significa llamar a un lugar 'hogar'.