La ciudad de Bergen, un destino imprescindible en cualquier itinerario por los fiordos noruegos, cautiva con su icónica estampa de casas de colores en el distrito de Bryggen, un emblema reconocido mundialmente. Aunque muchos eligen visitarla en verano, la experiencia fuera de temporada, especialmente en invierno, revela una Bergen más auténtica y con un encanto particular. Esta urbe, que fue capital de Noruega hasta el siglo XIII, ha forjado su identidad a lo largo de los siglos, fuertemente influenciada por su rol en la Liga Hanseática.
Llegar a Bergen desde España es posible con vuelos directos durante el verano, o con escala en Oslo el resto del año. La ciudad también es una parada frecuente para cruceros, lo que ha impulsado su economía turística, permitiendo a los visitantes explorar el centro a pie. Para aquellos que buscan una experiencia más íntima, viajar fuera de la temporada alta de cruceros ofrece la oportunidad de descubrir la esencia de una pintoresca ciudad pesquera. Rodeada por siete colinas y ubicada estratégicamente a la entrada de un fiordo, Bergen es un modelo de sostenibilidad, implementando un avanzado sistema de reciclaje que subraya su visión de futuro.
La visita a Bergen es una inmersión en su historia y cultura, con el barrio de Bryggen como protagonista principal. Este sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un testimonio de la importancia comercial de la ciudad durante la Liga Hanseática. Sus estrechas callejuelas, repletas de talleres de artesanos y diseñadores, invitan a explorar y capturar la belleza de sus edificios de madera, reconstruidos tras el incendio de 1702. Además de Bryggen, otros puntos de interés incluyen el Museo Hanseático, que profundiza en su pasado comercial, y la antigua Iglesia de Santa María, el edificio más antiguo de la ciudad. El animado mercado de pescado, con sus delicias locales, y la tranquila península de Nordnes ofrecen contrastes que enriquecen la visita. Para una perspectiva completa, un paseo por el centro revela la Iglesia de San Juan, la Catedral de San Olaf y la estatua de Edvard Grieg, honrando al célebre compositor noruego. Los amantes del arte pueden visitar el Museo Kode, que alberga colecciones de artistas de renombre. Para vistas panorámicas inolvidables, el funicular Floibanen asciende al monte Floyen, ofreciendo una de las postales más impresionantes de Bergen. Finalmente, las excursiones en lancha por el fiordo brindan una perspectiva única de la ciudad desde el agua, ideal para quienes buscan una aventura diferente.
La historia de Bergen, con sus desafíos y renacimientos, nos enseña la resiliencia y la capacidad de adaptación. Al preservar su patrimonio mientras abraza la innovación, la ciudad demuestra cómo el respeto por el pasado y la visión de futuro pueden coexistir armoniosamente. Explorar Bergen es más que un viaje; es una invitación a apreciar la belleza de la interacción entre la naturaleza imponente y la ingeniosidad humana, recordándonos la importancia de la conservación y la cultura como pilares de una sociedad próspera y vibrante.