La génesis del Palacio de la Bahía se remonta a finales del siglo XIX, cuando el gran visir Sidi Moussa concibió su construcción. Para materializar su visión, reunió a los más destacados artesanos del país, quienes trabajaron diligentemente durante seis años. Culminado en 1900, el palacio se erige como un intrincado laberinto de salones y patios, cada uno con una belleza arquitectónica singular. Sorprendentemente, sus dimensiones son vastas, abarcando ocho hectáreas con 150 habitaciones, aunque solo una fracción está abierta al público. Una anécdota notable es que todas las dependencias se construyeron en una sola planta, facilitando la movilidad del visir, quien padecía de gran obesidad.
Para aquellos que desean explorar el Palacio de la Bahía, existen diversas opciones. Es posible unirse a un tour privado que incluye este fascinante sitio, con una duración aproximada de tres horas. Alternativamente, puedes optar por explorar el palacio por tu cuenta. Para quienes prefieren una experiencia guiada en su propio idioma, hay disponibles tours con guías que hablan español y otros idiomas. Planificar con antelación garantiza una visita enriquecedora a este destacado monumento marroquí.
Visitar el Palacio de la Bahía es una inmersión en la cúspide del arte arquitectónico marroquí, que fusiona influencias árabes y andaluzas en una decoración exquisita. Aunque el paso del tiempo ha dejado su huella, su encanto perdura. Es imprescindible admirar los intrincados mosaicos que adornan las paredes, el minucioso trabajo artístico en las puertas de madera, la grandiosa decoración de los arcos y la deslumbrante belleza de los techos de madera pintados con esmero. El epicentro de la visita es el majestuoso Patio de Honor, de 50 metros de longitud, flanqueado por una galería que conectaba las habitaciones de las esposas y concubinas del visir. No menos impresionante es la Sala del Consejo, con sus paredes de porcelana y techos de cedro. Tras la muerte del visir Sidi Moussa en 1900, el palacio fue saqueado, pero más tarde sirvió como sede principal del Protectorado francés. Hoy en día, una sección privada funciona como residencia real para dignatarios extranjeros y alberga instalaciones del ministerio de Cultura.
El Palacio de la Bahía abre sus puertas al público de lunes a domingo, desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde. El costo de la entrada es de 10 dirhams marroquíes, con una tarifa reducida de 3 dirhams para niños menores de 12 años. Se recomienda verificar los horarios actualizados antes de su visita, ya que pueden variar.
Las imágenes del Palacio de la Bahía capturan la esencia de su arquitectura y decoración. Cada fotografía revela la maestría artesanal, desde los detalles de los mosaicos hasta la opulencia de los salones. Estas instantáneas sirven como un recordatorio visual de la riqueza cultural que este sitio ofrece, invitando a los futuros viajeros a descubrir por sí mismos la magia de este palacio en Marrakech, el sur de Marruecos.