Aventura y Naturaleza
Revelando los Misterios de 3I/ATLAS: Un Cometa Interestelar Bajo la Lupa Científica
2025-09-02

En las últimas semanas, el cometa 3I/ATLAS ha capturado la atención de la comunidad científica y el público, generando diversas conjeturas sobre su verdadera identidad. Sin embargo, las exhaustivas observaciones y análisis realizados con instrumentación de vanguardia han disipado las dudas, confirmando de manera contundente su naturaleza cometaria. Lejos de ser una anomalía cósmica, 3I/ATLAS se perfila como el objeto interestelar mejor documentado hasta la fecha, ofreciendo una ventana única a la composición de cuerpos celestes más allá de nuestro sistema solar.

Desde su descubrimiento, el equipo de investigación en Asteroides, Cometas y Meteoritos del ICE-CSIC/IEEC ha monitoreado de cerca su trayectoria, registrando su posición y obteniendo mediciones fotométricas precisas. Ya en las imágenes capturadas el 5 de julio con el Telescopio Robótico Joan Oró, era perceptible la coma, una envoltura característica de los cometas, que rodea su núcleo y se forma por la sublimación de hielos al acercarse al Sol.

Un estudio reciente, liderado por la profesora Bin Yang de la Universidad Diego Portales de Chile y publicado en ArXiv, ha utilizado equipos de última generación en los telescopios Gemini-S/GMOS y NASA IRTF/SpeX. Estas observaciones, realizadas el 5 y 14 de julio de 2025, justo después de su detección, permitieron obtener espectros del objeto tanto en el rango visible como en el infrarrojo cercano. Es crucial destacar que estas mediciones se efectuaron antes de que la actividad de sublimación de hielos pudiera enmascarar otros aspectos fundamentales de su composición. Los espectros obtenidos eliminaron cualquier ambigüedad, ratificando su clasificación como cometa.

En el espectro óptico, 3I/ATLAS presenta una pendiente enrojecida que lo emparenta con ciertos asteroides de clase espectral D de nuestro sistema solar. Estos asteroides se caracterizan por ser muy oscuros, tener un espectro intensamente rojo y una alta concentración de carbono, además de una baja reflectividad. Por otro lado, el espectro en el infrarrojo cercano muestra una atenuación significativa entre 0.9 y 1.5 micrones, lo cual concuerda con el comportamiento espectral de grandes partículas de hielo de agua presentes en la coma de los cometas.

La reconocida astrobióloga Karen J. Meech, coautora del estudio, participó en la modelización del comportamiento espectral del cometa 3I/ATLAS. Los modelos propuestos sugieren una mezcla de un 70% de polvo similar al encontrado en el meteorito Tagish Lake (una condrita carbonácea) y un 30% de hielo de agua con un tamaño promedio de 10 micras. Esta proporción de hielo se interpreta como una estimación aproximada de la composición de su coma. En esencia, todos los análisis y observaciones actuales confirman que 3I/ATLAS es un cometa interestelar activo, rico en hielo de agua y con una composición de polvo que guarda similitud con la de los asteroides tipo D, más que con la de los objetos transneptunianos. Esto podría indicar que se formó en la región interior de un sistema planetario y fue expulsado por la interacción gravitacional con un planeta, aunque se mantienen abiertas otras posibilidades. Se espera que futuras observaciones, especialmente las de la misión Psyche de la NASA, arrojen más luz sobre este fascinante objeto.

A pesar de algunas especulaciones, la idea de que 3I/ATLAS carece de una coma extendida es incorrecta. De hecho, sin esta envoltura, que lo hace visible a distancias de miles de millones de kilómetros, su descubrimiento habría sido imposible. La coma, una mezcla de gas y partículas de polvo micrométricas liberadas por la sublimación de hielos, es indicativa de la composición del material sublimado, aunque no necesariamente del núcleo interno del cometa. La componente gaseosa de su coma está dominada por dióxido de carbono, formando una envoltura de aproximadamente 350,000 km alrededor de su núcleo. Se cree que su actividad cometaria podría estar atenuada y restringida en volátiles debido al manto irradiado por rayos cósmicos durante miles de millones de años de viaje a través de la Vía Láctea. Las observaciones infrarrojas revelan que la parte sólida de la coma, impulsada por la presión del gas sublimado, se compone principalmente de pequeñas partículas de hielo de agua y polvo, con una composición similar a la de los meteoritos asociados con las condritas carbonáceas, lo que sugiere que 3I/ATLAS es un objeto transicional, a medio camino entre un asteroide y un cometa. En definitiva, 3I/ATLAS, aunque originado en un sistema planetario distante, nos ofrece una visión familiar de la materia cósmica.

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