La transición estacional en España se acompaña, como es costumbre, de un cambio en la hora oficial, una medida diseñada para aprovechar de manera más eficiente la luz natural. Con la llegada del otoño, se anticipa el ajuste horario que marcará el inicio del horario de invierno, un evento que se espera con interés a medida que los días se acortan y las temperaturas descienden.

Este año, la modificación horaria está programada para la madrugada del sábado 26 al domingo 27 de octubre de 2025. Específicamente, a las 3:00 de la mañana, los relojes deberán ser atrasados sesenta minutos, volviendo a marcar las 2:00. Esta adaptación significa una hora adicional de sueño para los ciudadanos y trae consigo amaneceres más claros, aunque, como contraparte, el anochecer se adelantará. Dicha práctica es una normativa común en la Unión Europea, que establece dos ajustes anuales: uno en primavera para el horario de verano y el de otoño para el invierno, ambos con el objetivo primordial de la eficiencia energética y el uso óptimo de la luz solar disponible. En el contexto español, este calendario ha sido oficialmente ratificado y se prevé que permanezca en vigor al menos hasta el año 2026.

El cambio de hora no es solo una modificación numérica en nuestros dispositivos, sino un recordatorio de cómo la sociedad se adapta a los ritmos de la naturaleza y busca soluciones colectivas para mejorar la calidad de vida y la sostenibilidad. Este ajuste, aunque a veces cause cierta desorientación inicial, es un paso hacia una mayor armonía con nuestro entorno y un uso consciente de los recursos naturales.