En un logro que resalta la maestría y determinación en la escalada, los deportistas suizos Jonas Schild y Thomas Schmid han marcado un hito al completar la desafiante ruta 'Joy Division' en el imponente Torrione Qualido, ubicado en Val di Mello. Esta ascensión, que abarca 800 metros de vertiginosa roca con tramos que alcanzan una dificultad de hasta 8b, representa un desafío formidable en el ámbito de la escalada mundial, a menudo comparado con las legendarias paredes de El Capitán en Yosemite. Lo más notable de esta proeza es que Jonas Schild consiguió realizar todos los largos en estilo libre, una demostración excepcional de técnica y resistencia. La 'Joy Division', una amalgama de tres rutas preexistentes, fue ascendida por primera vez en libre por el escalador local Simone Pedeferri en 2004, y desde entonces, solo un selecto grupo de escaladores de élite, incluyendo a James Pearson, Babsi Zangerl y Jacopo Larcher, han logrado repetirla, lo que subraya la singularidad de este reciente ascenso.
La preparación para esta formidable empresa no fue menos intensa; los escaladores dedicaron tres jornadas a explorar los primeros nueve largos de la pared, enfrentándose a condiciones exigentes, como la intensa exposición solar que afectaba la roca hasta bien entrada la tarde. Esta realidad los impulsó a concebir una estrategia meticulosa para su intento en libre: una ascensión distribuida en dos días, que incluía una pernoctación en una tienda suspendida. El plan consistía en iniciar la escalada muy temprano por la mañana, hacer una pausa durante las horas de máximo calor, y retomar la ascensión desde la tarde hasta la noche. El 12 de junio, tras un merecido descanso, se embarcaron en su intento final. Jonas Schild lideró el primer y más difícil largo antes del amanecer. A pesar de un percance y el aumento de la temperatura, Thomas Schmid priorizó el éxito de la cordada sobre sus propios objetivos de escalar en libre, demostrando un verdadero espíritu de equipo. Adoptando la táctica de Babsi Zangerl y Jacopo Larcher, alternaron el liderazgo en los tramos más sencillos, mientras Schild tomaba la iniciativa en los 14 de los 20 largos más complejos. El primer día lograron superar hasta el séptimo largo y el segundo punto clave de dificultad. Al día siguiente, continuaron su ascenso temprano, desviándose temporalmente hacia la vía 'Con un piede in paradiso' por tres largos, una decisión estratégica previamente empleada por Babsi y Jacopo. Después de otra pausa para almorzar y una minuciosa exploración, Schild logró conquistar el undécimo y último largo difícil, clasificado como 8a, sin caídas.
La conclusión de la ascensión se desarrolló bajo condiciones que evocaban el alpinismo puro. Después del decimotercer largo, la pareja de escaladores se desvió hacia la ruta 'Melat' por dos tramos, lo que les permitió rapelar por la misma línea y regresar a su 'portaledge' para la noche. Los cinco largos restantes se superaron sin contratiempos mayores, alcanzando la cumbre justo cuando los últimos rayos del sol se desvanecían. El descenso se realizó en la oscuridad, y una vez más, pasaron la noche en su campamento suspendido antes de completar el resto de la travesía al amanecer del día siguiente. Reflexionando sobre la experiencia, Jonas Schild compartió que fue una de las más enriquecedoras de su trayectoria como escalador, destacando cómo la intensidad de la escalada en un paisaje tan majestuoso, combinada con la esencia del trabajo en equipo, transformó la aventura en algo verdaderamente único e inolvidable.
Esta hazaña de Jonas Schild y Thomas Schmid en Val di Mello es un poderoso recordatorio de que con perseverancia, estrategia y un inquebrantable espíritu de colaboración, los desafíos más imponentes pueden ser superados. Su éxito no solo es un testimonio de sus habilidades atléticas y mentales, sino que también inspira a creer en la capacidad humana para alcanzar cimas que parecían inalcanzables. Demuestra que la verdadera grandeza se encuentra en la dedicación, la adaptación y el apoyo mutuo, valores que trascienden la escalada y se aplican a cualquier aspiración en la vida, motivándonos a perseguir nuestros propios "picos" con valentía y optimismo.