Hace ochenta a\u00f1os, el 6 de agosto de 1945, la ciudad de Hiroshima fue devastada por un artefacto nuclear, un evento que inaugur\u00f3 la era del armamento at\u00f3mico y transform\u00f3 el panorama b\u00e9lico mundial. La bomba, conocida como \"Little Boy\", fue el resultado de un proyecto secreto estadounidense que logr\u00f3 enriquecer uranio. Conten\u00eda 64 kilogramos de uranio enriquecido y deton\u00f3 a 580 metros de altura con una potencia de 16 kilotones, generando una bola de fuego que alcanz\u00f3 los 6.000\u00baC. Esta explosi\u00f3n instant\u00e1neamente aniquil\u00f3 el 90% de la ciudad, causando la muerte de aproximadamente 45.000 personas el primer d\u00eda y otras 19.000 en los meses posteriores debido a la radiaci\u00f3n y quemaduras. Algunas estimaciones sugieren que el n\u00famero total de v\u00edctimas super\u00f3 las 100.000.
A pesar del horror de Hiroshima y, pocos d\u00edas despu\u00e9s, Nagasaki, que precipitaron el fin de la Segunda Guerra Mundial, la competencia nuclear entre naciones como Estados Unidos y Rusia continu\u00f3 sin cesar. Entre 1945 y 1963, se llevaron a cabo 545 pruebas nucleares, y para 1951, la potencia de las bombas ya era 40 veces mayor que la de Hiroshima. Un hito aterrador fue la prueba \"Castle Bravo\" en 1954, que con tecnolog\u00eda termonuclear logr\u00f3 una potencia mil veces superior (15.000 kilotones). Posteriormente, la Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica deton\u00f3 la \"Bomba Tsar\" en 1961, un ingenio de 50.000 kilotones, evidenciando la escalada hacia armamentos cada vez m\u00e1s letales. Aunque el Tratado de No Proliferaci\u00f3n Nuclear (NPT) fue firmado en 1970 por 187 pa\u00edses, y Estados Unidos y Rusia no han realizado pruebas desde 1992, la amenaza de la guerra nuclear persiste. Pa\u00edses como Reino Unido, Francia, China, India, Pakist\u00e1n y presuntamente Israel tambi\u00e9n poseen armamento nuclear, manteniendo una tensa paz global.
El a\u00f1o 2025 se perfila como un per\u00edodo de inversi\u00f3n r\u00e9cord en arsenales nucleares desde la posguerra, con ret\u00f3ricas belicistas que avivan las preocupaciones sobre un posible uso. Expertos advierten que el potencial destructivo actual supera con creces el de la bomba de Hiroshima. La humanidad debe reflexionar profundamente sobre las lecciones de la historia y trabajar incansablemente por la paz, el desarme y la cooperaci\u00f3n internacional, para asegurar que tragedias como la de Hiroshima nunca se repitan y que el ingenio humano se utilice para construir un futuro de esperanza y prosperidad, en lugar de perfeccionar los medios de autodestrucci\u00f3n.