En un reciente dictamen que subraya la primacía de la conservación ambiental sobre los intereses comerciales, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha declinado la autorización para el desarrollo de un club de playa en Punta Esmeralda, un enclave costero de alta afluencia. Esta determinación refleja la postura de la autoridad respecto a la protección de los ecosistemas dunares, cruciales para la biodiversidad y la resiliencia costera.
El proyecto, denominado 'Beach Club Balam Kan', era promovido por Corporativo Balam Kan, empresa que cuenta entre sus directivos con Isidro Santamaría, figura relevante de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). La propuesta implicaba una significativa inversión monetaria, calculada en aproximadamente dos millones ochocientos veintitrés mil cien pesos mexicanos, con una expectativa de construcción de un año y una operación planificada para un período de cincuenta años.
La negativa por parte de la Semarnat se fundamentó en la evaluación de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) presentada por el promotor Artemio Roque Álvarez. Este estudio técnico fue el eje central para que la dependencia ambiental concluyera que las condiciones del sitio, específicamente las dunas costeras de Punta Esmeralda, no eran adecuadas para la edificación de la infraestructura proyectada. La preservación de estos frágiles sistemas naturales fue el factor determinante en la decisión, marcando un precedente en la región. El emplazamiento elegido, Xcalacoco, situado al norte de Playa del Carmen, es un área conocida por su belleza natural y valor ecológico, lo que intensifica la relevancia de esta resolución.
La intención inicial de los desarrolladores era expandir la oferta de clubes de playa en la zona, bajo el argumento de mejorar la calidad de los servicios turísticos. Sin embargo, la perspectiva ambiental de la Semarnat prevaleció, priorizando la integridad del entorno natural frente al desarrollo comercial en un área tan sensible. Este tipo de resoluciones resalta la tensión constante entre el crecimiento turístico y la imperante necesidad de preservar el patrimonio natural.
La decisión de la Semarnat no solo impacta a Corporativo Balam Kan y sus socios, sino que también envía un mensaje claro a futuros inversionistas sobre la rigurosidad con la que se abordará la evaluación de proyectos en zonas ecológicamente vulnerables. La protección de Punta Esmeralda y sus dunas es vital para mantener el equilibrio ecológico de la Riviera Maya y garantizar la sostenibilidad de su atractivo turístico a largo plazo.