Aventura y Naturaleza
El Costo Oculto de la Destrucción: Las Emisiones de Carbono en la Reconstrucción de Gaza
2025-07-23
La devastación de Gaza va más allá de la crisis humanitaria y política, revelando un inmenso desafío ambiental. Este análisis profundiza en las repercusiones ecológicas de la reconstrucción, particularmente las emisiones de carbono derivadas del manejo de los escombros, un aspecto a menudo subestimado en el impacto global de los conflictos.

El verdadero costo ambiental de la guerra: más allá de la destrucción visible.

El impacto invisible de la destrucción: una carga de carbono en el aire de Gaza

Cuando la guerra reduce una ciudad a ruinas, no solo deja un vacío físico, sino también una huella de carbono inmensurable. En Gaza, tras más de un año de intensos bombardeos, la limpieza de los escombros resultantes no es solo una tarea monumental, sino también una fuente significativa de contaminación. Las toneladas de hormigón y metal, los hierros retorcidos y cada camión de escombros llevan consigo una carga oculta de carbono que contribuye al cambio climático.

Gaza: una crisis ambiental sin precedentes

La Franja de Gaza se enfrenta a una crisis medioambiental de proporciones alarmantes. Un estudio de las universidades de Edimburgo y Oxford estima que la remoción de los restos de los edificios pulverizados podría liberar más de 90.000 toneladas de gases de efecto invernadero. Esta investigación, publicada en Environmental Research: Infrastructure and Sustainability, constituye el análisis más detallado hasta la fecha sobre el costo climático que implica la gestión de escombros urbanos después de un conflicto bélico.

La vasta huella de carbono del transporte de escombros

La magnitud de la destrucción en Gaza es asombrosa. Entre finales de 2023 y finales de 2024, los ataques aéreos israelíes generaron más de 36,8 millones de toneladas métricas de escombros. Para trasladar esta inmensa cantidad de material a los vertederos, se necesitarían aproximadamente 2,1 millones de viajes en camión, cubriendo una distancia total de 29,5 millones de kilómetros. Esta cifra es equivalente a dar casi 737 vueltas completas al planeta. Solo esta fase de transporte liberaría alrededor de 65.642 toneladas de CO₂ equivalente, lo que ilustra la enorme huella de carbono asociada a la limpieza de la región.

El reto del procesamiento de escombros: un horizonte incierto de emisiones

Después del transporte, el procesamiento de los escombros es la siguiente fase crítica. Idealmente, gran parte del hormigón no contaminado se trituraría para reutilizarlo en nuevos materiales de construcción. En el escenario más optimista, utilizando 50 trituradoras industriales de alta capacidad que actualmente no existen en Gaza, el proceso podría completarse en poco más de seis meses, liberando unas 2.976 toneladas de CO₂e. Sin embargo, si se utilizan las trituradoras más pequeñas disponibles localmente, la tarea se prolongaría por más de 37 años, con una emisión de unas 25.149 toneladas de CO₂e, lo que subraya la urgencia de invertir en infraestructura adecuada.

Los peligros ocultos entre los restos: una amenaza para la salud y el medio ambiente

Más allá de las emisiones de gases de efecto invernadero, los escombros de Gaza plantean riesgos adicionales y más inmediatos. Muchos contienen restos humanos no identificados, materiales tóxicos como el asbesto y municiones sin explotar. La prolongada presencia de estos residuos representa una amenaza directa para la calidad del aire, el agua y la salud de los más de dos millones de palestinos desplazados, quienes viven en condiciones extremadamente precarias. La inacción o la lentitud en la limpieza no solo retrasan la reconstrucción, sino que también contaminan de manera persistente.

La tecnología satelital: una nueva herramienta para evaluar el impacto bélico

La metodología utilizada por los investigadores se apoya en imágenes satelitales de alta resolución, modelos de aprendizaje automático y análisis de redes viales. Estas herramientas permiten estimar con gran precisión la distribución de los escombros y calcular el impacto logístico y ambiental de su remoción. Según Nicholas Roy, coautor del estudio y estudiante de máster en la Universidad de Oxford, estos avances tecnológicos hacen posible evaluar con mayor exactitud el verdadero costo climático de las guerras modernas, un ámbito que históricamente ha sido ignorado en las contabilizaciones ambientales internacionales.

El llamado a la responsabilidad global: contabilizando las emisiones militares

El informe se suma a un creciente cuerpo de trabajo que exige la contabilización de los daños ecológicos de los conflictos armados. Se estima que las operaciones militares globales generan aproximadamente el 5,5% de las emisiones totales de carbono, superando las del transporte marítimo y la aviación civil. A pesar de estas cifras, no existe una obligación para que los Estados reporten estas emisiones ante la ONU. La situación en Gaza, con sus miles de toneladas de escombros y sus enormes emisiones, pone de manifiesto que la reconstrucción del futuro requiere no solo remover el pasado, sino también enfrentar la crisis climática, una urgencia global.

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