Aventura y Naturaleza
La geóloga Jennifer Angel-Amaya rastrea la contaminación por mercurio en el Amazonas
2025-07-23

La Amazonia, un vasto y biodiverso ecosistema, enfrenta una seria amenaza: la contaminación por mercurio. Esta situación, en gran parte ligada a la minería ilegal de oro, ha motivado a científicos a investigar a fondo sus efectos. Una de estas figuras es la geóloga colombiana Jennifer Angel-Amaya, quien, como parte de una expedición de National Geographic y Rolex Perpetual Planet, ha dedicado más de dos años a estudiar la huella del mercurio en la selva peruana. Su labor no solo busca comprender la magnitud del problema, sino también proponer soluciones innovadoras, como el desarrollo de tecnología para verificar la extracción de oro sin el uso de este metal tóxico. A pesar de los desafíos inherentes al trabajo de campo en una región tan remota y compleja, la resiliencia de la naturaleza y la esperanza de una recuperación futura la impulsan a continuar su valiosa investigación.

Detalles de la investigación sobre el mercurio en el corazón del Amazonas

Desde hace más de dos años, la aclamada geóloga colombiana y exploradora de National Geographic, Jennifer Angel-Amaya, ha emprendido una meticulosa investigación en la vasta y compleja región de Madre de Dios, en Perú. Esta zona, tristemente célebre por ser el epicentro de la minería ilegal de oro, es el foco de su estudio sobre las devastadoras repercusiones de la actividad aurífera en los sistemas fluviales. En el marco de la Expedición Amazónica de National Geographic y Rolex Perpetual Planet, un ambicioso conjunto de proyectos de investigación que abarcan toda la cuenca amazónica, Angel-Amaya se ha sumergido en el terreno para desentrañar la composición química de las aguas y sedimentos, prestando especial atención a la concentración de mercurio.

Su metodología abarca la supervisión de tres áreas distintas: una donde la minería de oro está legalmente autorizada y se lleva a cabo con maquinaria pesada, otra gravemente afectada por la minería ilegal, y una tercera que se mantiene prístina y sirve como grupo de control para su experimento. En cada uno de estos sitios, Jennifer recolecta diligentemente muestras de tierra, agua, sedimentos e incluso plancton. Su hipótesis principal es que los niveles de mercurio serán significativamente más altos río abajo de los enclaves mineros, lo que podría indicar una propagación de este contaminante a lo largo de toda la inmensa cuenca amazónica. El uso de mercurio líquido para extraer oro de la arena aluvial es una práctica artesanal y de pequeña escala, tristemente común en la región. Cuando la amalgama de mercurio y oro es calentada, la toxina se evapora y se dispersa en el ambiente, permaneciendo en él por largo tiempo. Este proceso, aunque rápido y económicamente accesible, acarrea graves perjuicios para la salud humana y el ecosistema, a pesar de que la práctica sigue siendo legal en Perú.

Con una visión hacia el futuro, Angel-Amaya defiende fervientemente la creación de un mercado para el oro “libre de mercurio”, asemejándolo al éxito de los diamantes de comercio justo. Para lograrlo, está ensayando una innovadora aplicación en una pistola láser portátil, diseñada para verificar que una pieza de oro ha sido obtenida sin el uso de este elemento. Si esta tecnología demuestra ser eficaz, podría revolucionar la trazabilidad del oro, asegurando a los consumidores un producto de origen ético y fomentando que los mineros artesanales opten por la certificación y, consecuentemente, por un precio superior para su mineral.

Los desafíos que enfrenta Jennifer en su trabajo de campo son innumerables. Más allá de la exigencia científica, se enfrenta a jornadas largas y extenuantes bajo un sol abrasador, la constante presencia de mosquitos, el riesgo de encuentros con serpientes, y la desconfianza de los mineros locales, quienes a menudo cuestionan sus motivaciones. Sin embargo, su pasión por el Amazonas y la esperanza de una futura restauración la impulsan a seguir adelante. Ella vislumbra un escenario donde los lugares contaminados, aunque no retornen a su estado original, puedan evolucionar hacia “algo diferente”. Observar la tenaz resiliencia de la naturaleza, como el avistamiento de un caimán o las huellas de tapires y jaguares en las balsas mineras abandonadas, le infunde una poderosa sensación de optimismo y le reitera la importancia vital de su misión.

La luz al final del túnel en la lucha contra la contaminación

La dedicada labor de Jennifer Angel-Amaya nos ofrece una perspectiva crucial sobre la compleja relación entre la actividad humana y el medio ambiente en regiones tan vitales como el Amazonas. Su enfoque no solo subraya la urgencia de abordar la contaminación por mercurio, sino que también nos invita a reflexionar sobre la importancia de la innovación y la sostenibilidad en la minería. Ver la resiliencia de la naturaleza, incluso en los entornos más degradados, es un poderoso recordatorio de que la recuperación es posible. La creación de un mercado para el oro libre de mercurio no es solo una idea ambiciosa; es un llamado a la acción para que consumidores y productores asuman su responsabilidad compartida en la protección de nuestro planeta.

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