Este domingo se ha caracterizado por una serie de graves perturbaciones en el servicio ferroviario de Renfe en diversas regiones de España. Un incendio en la cercanía de las vías en Córdoba, un fallo mecánico en Murcia y una interrupción del suministro eléctrico en Barcelona convergieron para generar un día de considerable dificultad para la compañía. Estas situaciones ocasionaron demoras extensas y suspensiones en múltiples trayectos, impactando a una gran cantidad de pasajeros en un período de alta demanda. La cadena de eventos subrayó la vulnerabilidad de la infraestructura ferroviaria ante imprevistos, dejando en evidencia la necesidad de medidas robustas para garantizar la continuidad del servicio.
El suceso más notorio ocurrió en la provincia de Córdoba, donde un foco ígneo se desató en las inmediaciones de la línea férrea, obligando a paralizar completamente el tránsito entre las estaciones de La Marota y Santaella. Desde las 16:12 hasta las 17:45, la circulación permaneció suspendida mientras los equipos de emergencia trabajaban en la extinción de las llamas, que se propagaron dentro del perímetro de seguridad ferroviaria. Como consecuencia, una decena de trenes, predominantemente aquellos con conexión a Málaga, sufrieron alteraciones en sus itinerarios. Las afectaciones se hicieron sentir en trenes de Alta Velocidad, Larga Distancia y Avant, con demoras que superaron la hora en algunos casos. Un ejemplo notable fue el AVE Madrid-Málaga, que llegó con casi sesenta minutos de retraso, y el AVANT Sevilla-Málaga, cuya demora excedió los noventa minutos. A pesar de los esfuerzos por normalizar los servicios de forma progresiva, las interrupciones persistieron durante toda la tarde.
Paralelamente, en el sureste peninsular, un fallo en el mecanismo de un puente en La Manga del Mar Menor, Murcia, detuvo el paso de vehículos durante aproximadamente una hora y cuarenta minutos. El puente, que se había levantado para permitir el tránsito marítimo, no pudo volver a su posición original debido a un desperfecto técnico. Esta avería se sumó a los problemas que ya enfrentaba la red de Renfe, contribuyendo al caos generalizado.
La situación se complicó aún más en Cataluña, donde una falla eléctrica afectó la línea R4 de Rodalies, interrumpiendo el servicio entre Manresa y Calaf, en la provincia de Barcelona. Dos trenes quedaron inmovilizados en las vías alrededor de las 17:00, lo que hizo necesaria la evacuación de sus ocupantes. Renfe, en coordinación con Adif, dispuso un servicio de transporte alternativo por carretera mientras el personal técnico trabajaba para restablecer el suministro eléctrico y solucionar la avería.
La sucesión de estos eventos subraya la fragilidad de las operaciones ferroviarias ante imponderables, generando un día complicado para los usuarios del transporte público. La convergencia de un incendio, una avería mecánica y un corte de energía en distintos puntos del país puso a prueba la capacidad de respuesta de Renfe y Adif, dejando a miles de viajeros afectados y evidenciando la necesidad de robustecer la infraestructura y los protocolos de contingencia.