Viajes Culturales
Ragusa: Un Tesoro Barroco en el Corazón de Sicilia
2025-07-06

Ragusa, una ciudad siciliana de profunda belleza, se distingue por su extraordinaria arquitectura barroca. Después de un devastador terremoto en 1693, que causó una gran destrucción y pérdida de vidas, la ciudad se dividió en dos: la parte alta, Ragusa Superiore, y el casco antiguo, Ragusa Ibla, situado en la zona baja y cuidadosamente reconstruido. Mientras que Ragusa Superiore alberga la notable Catedral de San Juan Bautista, el verdadero encanto de la ciudad reside en Ragusa Ibla, donde las calles serpenteantes, las plazas llenas de vida y las impresionantes iglesias barrocas capturan la atención de sus visitantes. Además de su riqueza arquitectónica, Ragusa es un deleite culinario, ofreciendo platos sicilianos tradicionales como los arancini, la caponata y diversas pastas, que enriquecen la experiencia cultural.

Para una inmersión completa en la esencia de Ragusa, un día es suficiente para recorrer sus principales atractivos. La aventura comienza en la Iglesia de Santa Maria delle Scale, no solo una de las edificaciones más antiguas, sino también un punto estratégico para admirar vistas espectaculares del centro histórico. Muy cerca, el Balcón de Santa Lucía ofrece una panorámica aún más grandiosa de Ragusa Ibla y su entorno natural. El descenso hacia el corazón de la ciudad se realiza a través de la Via Scale, una escalera pintoresca flanqueada por iglesias y palacios barrocos, que desemboca en la vibrante Plaza de la República. Aquí, la Iglesia de las Almas del Purgatorio, con su imponente escalinata, preside este espacio lleno de historia. Otros tesoros incluyen el Palacio de la Cancellería y la Iglesia de Santa Maria dell’Itria, ambos testimonios del renacimiento barroco tras la catástrofe. Continuando el recorrido, el Palacio Cosentini y el majestuoso Palacio La Rocca, con sus fachadas ricamente decoradas, narran historias de nobleza y arte. La travesía culmina en la grandiosa Catedral de San Giorgio y la encantadora Piazza Pola, donde la Iglesia de San Giuseppe añade un toque final de esplendor. Finalmente, el Portal de San Giorgio y el sereno Giardino Ibleo ofrecen un remanso de paz y una conexión con el pasado medieval de la ciudad. El Museo Arqueológico Ibleo es el colofón perfecto para comprender la vasta historia de la región.

Ragusa, con su fascinante dualidad entre lo antiguo y lo nuevo, y su compromiso con la preservación de su legado barroco, representa un triunfo del espíritu humano sobre la adversidad. La resiliencia de sus habitantes, que reconstruyeron la ciudad con una belleza aún mayor tras la devastación, es un testimonio de la perseverancia y la creatividad. Esta ciudad no solo ofrece un viaje a través de la arquitectura y la historia, sino que también inspira una apreciación profunda por la capacidad de renacer y embellecer incluso después de los momentos más oscuros. Su patrimonio, reconocido mundialmente, nos recuerda la importancia de valorar y cuidar las raíces culturales, mientras miramos hacia el futuro con esperanza y determinación.

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