La cara oeste del Petit Dru, con sus 1.100 metros de imponente roca, ha sido testigo de innumerables gestas en la historia del alpinismo. Esta pared, que se alza majestuosa en el macizo del Mont Blanc, ha visto evolucionar las técnicas de escalada a lo largo de décadas, desde las pioneras ascensiones de Pierre Allain hasta las hazañas ultrarrápidas de Christophe Profit. La legendaria vía Lafaille, abierta por Jean-Christophe Lafaille en el invierno de 2001 con cotaciones de hasta A5 en artificial, se erigió como un desafío formidable, considerado en su momento como la ruta más difícil de los Alpes. Lafaille, un visionario del alpinismo, dejó una huella imborrable en la alta montaña, llevando los estándares de Yosemite a los Alpes, antes de su trágica desaparición en el Makalu en 2006. Desde su apertura, la vía ha visto pocas repeticiones, y todas ellas en condiciones invernales, reafirmando su reputación de extrema dificultad y su importancia en el panorama del alpinismo.

En este contexto de desafíos legendarios, Léo Billon y Enzo Oddo, reconocidos expertos del macizo del Mont Blanc y miembros del Grupo Militar de Alta Montaña francés (GMHM), han reescrito la historia de la vía Lafaille. Estos dos escaladores, con un impresionante historial de aperturas y repeticiones de rutas de alta dificultad, como ‘Les Bâtards’ y ‘Les Barbares 3’, concibieron la audaz idea de liberar completamente la vía Lafaille. Tras una primera aproximación en agosto de 2024, donde lograron escalar gran parte en libre pero aún con necesidad de artificial, la ambición de una ascensión 100% en libre se consolidó. Así, a lo largo de este verano, Billon y Oddo realizaron tres expediciones a la pared. En junio, se enfocaron en reconocer los largos más duros, y en julio, en condiciones casi invernales, abrieron dos nuevos largos que extendieron la ruta hasta la cumbre, añadiendo una variante y fijando expansiones cruciales. Finalmente, a principios de agosto, ambos lograron el ansiado encadenamiento en libre de toda la vía, proponiendo una cotación de 8b+ para el largo clave.

La hazaña de Billon y Oddo no solo representa una victoria personal, sino que también marca un avance significativo en el alpinismo de libre. Han demostrado que con dedicación, habilidad y una visión audaz, es posible superar los límites que antes parecían infranqueables. Su ascenso en libre de la vía Lafaille, una ruta que combina delicadas placas de equilibrio, fisuras técnicas y muros desplomados sobre una roca de gran calidad, reafirma el Dru como un epicentro de la evolución alpinística. Esta proeza inspira a futuras generaciones a perseguir sus sueños y a elevar el estándar de lo que es posible en las montañas, recordándonos que el verdadero espíritu de la aventura reside en la audacia de afrontar lo desconocido y transformar lo imposible en realidad.