La figura de Gayo Julio C\u00e9sar Augusto Germ\u00e1nico, com\u00fanmente conocido como Cal\u00edgula, ha sido inmortalizada en la historia como la de un gobernante tir\u00e1nico, dominado por la obsesi\u00f3n del poder y la violencia, capaz de cometer actos sumamente atroces. Gran parte de esta imagen se debe a los relatos de cronistas de su tiempo, como Suetonio y S\u00e9neca, cuyas descripciones no fueron precisamente favorables. Sin embargo, algunos historiadores contempor\u00e1neos cuestionan si Cal\u00edgula fue tan despiadado como se ha pintado. Argumentan que las fuentes romanas podr\u00edan haber exagerado deliberadamente su crueldad para presentarlo como un s\u00edmbolo de autoritarismo y desequilibrio. Este punto de vista se ve reforzado por una nueva investigaci\u00f3n de la Universidad de Yale que arroja luz sobre una faceta poco conocida del emperador: su profundo inter\u00e9s y comprensi\u00f3n de las plantas medicinales.
El estudio, publicado en la revista Proceedings of the European Academy of Sciences and Arts, se centra en un pasaje de la obra de Suetonio Vida de los doce C\u00e9sares. En este texto, se describe un incidente en el que un senador enfermo viaj\u00f3 al balneario griego de Anticira para recibir un tratamiento con el\u00e9boro. Cuando el senador pidi\u00f3 una extensi\u00f3n de su permiso m\u00e9dico, Cal\u00edgula supuestamente orden\u00f3 su ejecuci\u00f3n, argumentando que \u201cera necesaria una sangr\u00eda para alguien a quien el el\u00e9boro no hab\u00eda curado en todo ese tiempo\u201d. El equipo de investigaci\u00f3n del Yale Ancient Pharmacology Program (YAPP), liderado por Andrew Koh y Trevor Luke, ha reinterpretado este suceso. Sugieren que Cal\u00edgula no estaba necesariamente ordenando una ejecuci\u00f3n, sino que, bas\u00e1ndose en sus conocimientos de la farmacolog\u00eda de la \u00e9poca, podr\u00eda haber estado prescribiendo un tratamiento alternativo, como la sangr\u00eda, que tambi\u00e9n era com\u00fan. Anticira era conocida como un centro m\u00e9dico de elite, y el el\u00e9boro era una planta valorada por sus propiedades purgantes y su uso en el tratamiento de la epilepsia y enfermedades mentales. Los investigadores enfatizan la dificultad de identificar correctamente las plantas mencionadas en textos antiguos, se\u00f1alando que la interpretaci\u00f3n del \u201celeboro\u201d moderno difiere de la antigua, lo que complica el estudio de la farmacolog\u00eda romana. Este an\u00e1lisis sugiere que el emperador no solo conoc\u00eda el el\u00e9boro, sino que tambi\u00e9n estaba familiarizado con otros m\u00e9todos terap\u00e9uticos, como los descritos en obras m\u00e9dicas de autores como Celso.
La investigaci\u00f3n de Yale plantea que, aunque Suetonio lo presentara como un monstruo, otros contempor\u00e1neos como Fil\u00f3n de Alejandr\u00eda reconoc\u00edan el conocimiento pr\u00e1ctico de Cal\u00edgula en diversas \u00e1reas, incluida la medicina. Este estudio invita a reevaluar la imagen de Cal\u00edgula, no para \u201crehabilitar\u201d su figura, sino para comprender que, m\u00e1s all\u00e1 de su reputaci\u00f3n de crueldad, pose\u00eda una educaci\u00f3n y un inter\u00e9s en las ciencias de su tiempo. Este an\u00e1lisis nos recuerda la importancia de contextualizar hist\u00f3ricamente las acciones de figuras del pasado y de cuestionar las narrativas dominantes, lo que nos permite apreciar la complejidad de la historia y sus personajes, as\u00ed como reconocer el valor del conocimiento y la b\u00fasqueda de la verdad en todas sus formas.