En el corazón de la histórica ciudad de Cartagena, un descubrimiento arqueológico sin precedentes ha transformado el paisaje cultural y turístico. Un impresionante teatro romano, con capacidad para albergar a miles de espectadores, emergió de bajo el entramado urbano, revelando siglos de historia oculta. Esta hazaña arquitectónica, que alguna vez formó parte de la antigua Cartago Nova, ha sido meticulosamente restaurada y ahora invita a los visitantes a un viaje a través del tiempo, ofreciendo una perspectiva única sobre la vida en la época romana.
El relato de este extraordinario hallazgo en la vibrante Cartagena, situada en la hermosa Región de Murcia, se remonta a 1988. Durante un proyecto de renovación urbana en un área deteriorada, ubicada al pie de la colina del castillo, lo que inicialmente se buscaba no era un teatro, sino un anfiteatro romano, ya conocido por encontrarse bajo la antigua plaza de toros. Sin embargo, la historia tenía otros planes. A partir de 1996, un prolongado y dedicado proceso de excavación arqueológica dio sus frutos, culminando en la apertura al público del majestuoso Teatro Romano de Cartagena en 2008.
Este impresionante monumento se ha integrado magistralmente en un complejo museístico, una obra concebida por el renombrado arquitecto Rafael Moneo. Actualmente, el Museo del Teatro Romano se erige como un pilar fundamental en la oferta turística de \"Cartagena, Puerto de las Culturas\", un proyecto dedicado a la recuperación y gestión del vasto patrimonio cultural y artístico de esta ciudad costera, rica en historia industrial.
La experiencia de visitar este sitio es verdaderamente singular. Al llegar, el teatro no se revela de inmediato; su entrada principal se encuentra estratégicamente ubicada en una plaza peatonal, justo enfrente del imponente Palacio Consistorial, y anexo al remodelado palacio Pascual de Riquelme, que alberga las taquillas y las primeras exhibiciones. Es aquí donde la inmersión comienza, con la revelación del teatro como el punto culminante del recorrido.
Se recomienda encarecidamente participar en las visitas guiadas, que se ofrecen cada hora con una duración aproximada de 45 minutos y están incluidas en el precio de la entrada. Estos tours narran el fascinante proceso de recuperación del teatro, un aspecto que por sí solo añade una capa de intriga a la experiencia. A través de artefactos desenterrados y representaciones virtuales, los visitantes pueden comprender cómo el teatro romano fue gradualmente sepultado por asentamientos bizantinos, musulmanes y cristianos, y cómo un barrio de pescadores se erigió sobre sus cimientos a partir del siglo XVI. Un detalle sorprendente es la Iglesia de Santa María la Vieja, construida en la época medieval sobre parte de las gradas del teatro, cuyos vestigios aún permanecen tras ser dañada durante la Guerra Civil.
El trayecto museístico conduce a través de un pasaje subterráneo que conecta el palacio Pascual de Riquelme con el moderno edificio Moneo, un espacio de arquitectura contemporánea y diseño minimalista. Aquí, los visitantes exploran salas dedicadas a la arquitectura teatral y a las funciones sociales, políticas y religiosas que el teatro cumplía en la sociedad romana, admirando piezas arqueológicas como los altares de la Tríada Capitolina. Escaleras mecánicas dentro del edificio Moneo elevan al visitante al \"Corredor de Moneo\", una zona diseñada con ladrillos que marca la transición visual hacia el antiguo teatro. Este corredor atraviesa los sótanos de la Iglesia de Santa María la Vieja, donde se pueden apreciar incluso los restos de una antigua casa romana con sus mosaicos originales. Finalmente, tras este evocador recorrido, el visitante emerge ante el imponente teatro romano del siglo I, cuya magnitud y estado de conservación son verdaderamente sobrecogedores. El diseño del teatro sigue los principios establecidos por Marco Vitruvio, destacando la cávea (gradas), la orquesta (espacio semicircular para autoridades), y el escenario, que originalmente alcanzaba casi 15 metros de altura, embellecido con columnas de mármol de Carrara.
Para aquellos interesados en planificar su visita, el Teatro Romano de Cartagena tiene horarios adaptados a las temporadas. En temporada alta (Semana Santa y del 1 de mayo al 30 de septiembre), abre de martes a sábado de 10:00 a 20:00 horas, y los domingos de 10:00 a 14:00 horas. En temporada baja (del 1 de octubre al 30 de abril), el horario es de martes a sábado de 10:00 a 18:00 horas, y los domingos de 10:00 a 14:00 horas. El precio de la entrada general es de 7 euros, con una tarifa reducida de 6 euros para compras en línea, menores de 12 años, estudiantes y desempleados. Para los exploradores más ávidos, existen abonos combinados que incluyen múltiples atracciones de Cartagena, una opción ideal para maximizar la experiencia cultural en esta fascinante ciudad.
La recuperación y exhibición del Teatro Romano de Cartagena es un testimonio elocuente del poder de la arqueología para desenterrar no solo estructuras físicas, sino también el alma de civilizaciones pasadas. Para cualquier visitante, la experiencia va más allá de la mera observación; es una invitación a reflexionar sobre la continuidad de la historia humana, la resiliencia de las ciudades y la capacidad del ingenio moderno para honrar y presentar el legado antiguo de maneras que educan y asombran. Este teatro no es solo un vestigio del pasado; es un diálogo vivo entre épocas, un recordatorio palpable de la grandiosidad romana y de la incesante labor de aquellos dedicados a preservar nuestra herencia compartida. Visitarlo es comprender que bajo nuestras ciudades modernas a menudo yacen tesoros esperando ser redescubiertos, conectándonos de forma profunda con las raíces de nuestra civilización.