En el año 2020, una investigación exhaustiva, publicada en la prestigiosa revista Nature, presentó los hallazgos de la secuenciación de los genomas de más de cuatrocientos individuos asociados a la civilización vikinga. Estos restos, recuperados de sitios arqueológicos distribuidos por Europa y Groenlandia, ofrecieron una visión sin precedentes sobre la composición genética de este pueblo.
Una parte de los resultados de este análisis genético validó algunas hipótesis históricas ya establecidas. Por ejemplo, se confirmó la existencia de flujos migratorios específicos: desde lo que hoy es Dinamarca hacia Inglaterra, desde Suecia en dirección al Báltico, y desde Noruega hacia regiones como Irlanda, Islandia y Groenlandia. Además, el estudio de los enterramientos de ciertas expediciones vikingas reforzó la idea de que sus flotas solían incluir a miembros de la misma estirpe, incluso mujeres. Sin embargo, el estudio también proporcionó elementos novedosos que invitan a una reevaluación.
Lo más intrigante de esta investigación fue el descubrimiento de individuos con ascendencia sueca y finlandesa en las zonas occidentales de Europa, regiones donde los vikingos eran conocidos por sus incursiones y saqueos. Este hallazgo sugiere que, más allá de la mera piratería, algunos de estos navegantes optaron por establecerse de forma permanente en los territorios recién alcanzados. La conclusión más revolucionaria, sin embargo, fue la refutación del mito de una ascendencia vikinga 'étnicamente pura'.
Los análisis genéticos revelaron una presencia significativa de ascendencia no escandinava tanto en individuos hallados dentro como fuera de Escandinavia. Esto sugiere que la historia de cualquier cultura es mucho más compleja de lo que los prejuicios iniciales nos harían creer. Los vikingos, lejos de ser un pueblo homogéneo, fueron el resultado de un constante intercambio genético con diversas poblaciones a lo largo y ancho del continente europeo. Esta perspectiva nos invita a reflexionar profundamente sobre cómo los avances en genética están reescribiendo la narrativa histórica, especialmente en un contexto actual donde persisten discursos simplistas sobre la 'pureza' cultural.