El gobierno argentino ha implementado recientemente una medida innovadora para clasificar de manera más precisa los gastos realizados en el extranjero por sus ciudadanos. Esta iniciativa busca diferenciar claramente los desembolsos relacionados con actividades turísticas y viajes de aquellos vinculados a consumos digitales, como plataformas de streaming o comercio electrónico. La finalidad principal es optimizar la recopilación de datos estadísticos sobre el turismo emisivo, proporcionando una visión más fidedigna del impacto económico de este sector.
La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) formalizó esta decisión mediante una resolución en el Boletín Oficial. La nueva normativa exige a las entidades emisoras de tarjetas de crédito y débito que detallen los consumos internacionales. La información requerida incluye, entre otros datos, el número de tarjeta, el país y la moneda de origen de la transacción, la denominación del comercio, el tipo de gasto y los montos en pesos y divisas. Esta granularidad permitirá al Banco Central (BCRA) desagregar los datos que hasta ahora se consolidaban bajo la categoría genérica de “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta”.
Funcionarios del gobierno han señalado que el propósito de esta medida es puramente estadístico. La categoría previa del BCRA no permitía distinguir entre los gastos genuinamente turísticos y otros pagos a proveedores de bienes y servicios extranjeros, lo que distorsionaba la comprensión del verdadero efecto económico del turismo de salida. Daniel Scioli, Secretario de Turismo, Ambiente y Deporte de la Nación, había anticipado previamente esta colaboración con el BCRA para crear un sistema que separe las transacciones turísticas de operaciones como suscripciones a servicios digitales o compras en línea, argumentando que la mezcla de estos conceptos sesgaba la medición real del impacto del turismo.
Datos recientes del BCRA mostraron egresos netos por 765 millones de dólares en la categoría “viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta” solo en el mes de abril. Con esta nueva metodología, el Ejecutivo espera determinar con mayor exactitud qué porcentaje de esos egresos se atribuye directamente a actividades turísticas y cuál corresponde a otros consumos internacionales no relacionados con el sector. Esta diferenciación es crucial en un contexto de presión sobre el balance cambiario y de reevaluación de los subsidios implícitos derivados del acceso a dólares oficiales por parte de los consumidores, especialmente considerando que un porcentaje significativo de los gastos con tarjeta de crédito se cancelan con divisas propias, aliviando la presión sobre las reservas monetarias del país.
Esta reforma en la clasificación de gastos representa un paso adelante en la gestión económica y turística del país. Al disponer de información más precisa, las autoridades podrán diseñar políticas más acertadas y específicas para el sector turístico, así como optimizar el manejo de las divisas, contribuyendo a una mayor estabilidad económica y a un entendimiento más profundo de los patrones de consumo de los viajeros argentinos en el exterior.