El turismo, un pilar fundamental de la economía española, va más allá de su contribución directa al Producto Interior Bruto (PIB) y la generación de empleo, ejerciendo un notable efecto dinamizador en una diversidad de sectores productivos. Un reciente informe de la Cámara de España destaca veinte actividades que experimentan un impulso significativo gracias a la actividad turística. Entre ellas, sobresalen áreas tan diversas como la industria de alimentos y bebidas, los servicios de consultoría y gestión empresarial, los servicios administrativos y de mantenimiento de edificios, e incluso el comercio minorista.
Este estudio, fundamentado en datos de la Cuenta Satélite del Turismo y el marco Input-Output del Instituto Nacional de Estadística (INE), examinó la influencia económica del turismo entre 2019 y 2023. Los hallazgos revelan que por cada euro de producción directa turística se generaron 1,14 euros adicionales en el resto de la economía, y por cada empleo directo, se crearon aproximadamente 1,05 puestos de trabajo adicionales. La producción turística directa alcanzó los 201.351 millones de euros en 2023, lo que representa el 7,2% de la producción económica total, y el sector generó directamente 1,4 millones de empleos, el 6,9% del total nacional. Además, las empresas turísticas contribuyeron indirectamente con 967.000 puestos de trabajo adicionales, demostrando cómo el turismo ha superado su efecto tractor y multiplicador previo a la pandemia, extendiendo su impacto a toda la cadena de suministro.
El impacto del turismo se ramifica a través de las demandas de insumos y servicios que genera, beneficiando indirecta e inducidamente a una amplia gama de industrias. Los sectores más favorecidos incluyen la producción de alimentos, bebidas y tabaco (16,80%), la energía eléctrica (10,10%), y servicios profesionales como los jurídicos y de consultoría (18%). Otros segmentos clave son los servicios auxiliares a los financieros y de seguros (28,40%), y los servicios de publicidad y estudio de mercado (18,20%), lo que subraya la interdependencia y el crecimiento que el turismo fomenta en el ecosistema económico nacional.
Este análisis exhaustivo demuestra cómo el turismo no solo se recupera con vigor, sino que se consolida como un catalizador para el desarrollo económico integral, tejiendo una red de prosperidad que se extiende a lo largo y ancho del país. La fuerza del sector turístico en España es un testimonio de la resiliencia y la capacidad de innovación, generando oportunidades y riqueza que permea en múltiples facetas de la sociedad. Este dinamismo subraya la importancia de seguir invirtiendo en un sector que es un verdadero motor de crecimiento y bienestar para la nación.