Para aquellos que planean una expedición a la metrópolis neoyorquina, una parada en la icónica Estatua de la Libertad es, sin duda, una prioridad. Sin embargo, en el trayecto en ferry hacia este monumento, existe una oportunidad única de desembarcar en la Isla Ellis, un sitio de inmenso valor histórico. Desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX, esta pequeña extensión de tierra fue el punto de control principal para los inmigrantes que llegaban al puerto de Nueva York. Más de 12 millones de individuos, mayoritariamente de tercera clase y de diversas procedencias, transitaron por sus instalaciones, sometiéndose a rigurosas inspecciones legales y médicas. Aquellos considerados no aptos, ya sea por antecedentes penales, poligamia, afiliación anarquista o enfermedades contagiosas, eran lamentablemente deportados. La isla debe su denominación a Samuel Ellis, quien la poseyó en el siglo XVIII antes de su adquisición por el gobierno en 1890, transformándose inicialmente en una fortificación defensiva y, desde 1995, en un Monumento Nacional.
En 1990, el edificio principal de la Isla Ellis reabrió sus puertas, tras una meticulosa restauración, como el Museo de la Inmigración. Este espacio sagrado rinde tributo a los incontables inmigrantes que pisaron estas tierras entre los siglos XIX y XX. Dentro de sus muros, los visitantes pueden contemplar la vasta sala de registro donde los recién llegados aguardaban su destino, así como una colección de objetos de la época, incluyendo maletas y vestimentas, y conmovedoras fotografías de aquellos que pasaron por aquí. Una característica sobresaliente es el Muro de Honor de la Inmigración Americana, una extensa pared frente a la Estatua de la Libertad donde se han inscrito más de 700,000 nombres. Este muro no solo conmemora a los inmigrantes que ingresaron por la Isla Ellis, sino que también permite a los estadounidenses actuales honrar a sus ancestros inmigrantes, e incluso a sí mismos, a través de una donación.
Además de la opción de explorar la Isla Ellis por cuenta propia, los visitantes tienen la oportunidad de unirse a un tour guiado en español. Esta excursión, que suele durar alrededor de cuatro horas, no solo incluye una detallada visita al Museo de la Inmigración, sino también una parada en la Isla de la Libertad para admirar la Estatua. El costo del tour generalmente abarca los billetes de ferry desde Battery Park y la entrada al pedestal de la Estatua de la Libertad. Es importante tener en cuenta que el horario de visita de la Isla Ellis es de 9:00 a 17:15 horas. Los precios de las entradas, que incluyen el ferry y la visita a la Isla de la Estatua de la Libertad, son de aproximadamente 25 dólares para adultos, 16 dólares para niños de 4 a 12 años, y 22 euros para personas mayores de 62 años. Aquellos que posean el pase turístico \"New York Pass\" encontrarán ambas visitas incluidas, facilitando así una experiencia completa y enriquecedora.