Aventura y Naturaleza
La Escalada de la Vía 'Javier Auzmendi' en Etxauri: Un Homenaje a la Audacia y la Memoria
2025-07-16

Este relato nos sumerge en una profunda reflexión sobre la audacia, la perseverancia y la huella que dejan quienes se atreven a desafiar lo establecido, ya sea en la verticalidad de una pared rocosa o en la soledad de un faro. La narrativa, que entrelaza dos historias aparentemente dispares, la escalada de una vía emblemática en Etxauri y la vida de una farera en la Costa da Morte, se convierte en un tributo a aquellos pioneros que, con intuición y coraje, abrieron sendas antes impensables. La experiencia de repetir una ruta histórica no solo invita a revivir los desafíos técnicos de antaño, sino que también desvela el conmovedor trasfondo humano y el legado de quienes la hicieron posible. Es una llamada a valorar el pasado, a aprender de los que nos precedieron y a mantener viva la memoria de sus gestas y sacrificios.

Iker Uranga, un experimentado escalador, se encontró con la vía 'Javier Auzmendi' en Etxauri (Navarra), una ruta que, desde su apertura en 1967, ha sido un referente en la escalada de dificultad. La historia de esta vía, originalmente calificada con un exigente sexto grado, se cruza inesperadamente con la de una farera de Cabo Vilán, en la remota Costa da Morte gallega. Esta mujer, con una determinación férrea, rompió barreras en 1972 al convertirse en la primera en acceder a un puesto que hasta entonces había sido exclusivo para hombres, guiando a innumerables navegantes desde su solitaria atalaya durante 43 años.

La coincidencia temporal y el espíritu pionero de ambas historias, separadas por cientos de kilómetros, capturaron la atención de Uranga. La vía 'Javier Auzmendi', abierta por Gregorio Ariz y José Mari Tabernero, supuso un salto cualitativo en la escalada de Etxauri, marcando el inicio del sexto grado en la zona. Esta ruta, con sus desafiantes tramos y seguros precarios de la época, representaba un \"coco\" para los escaladores de finales de los años 60, con su primer largo siendo un verdadero test de habilidad y resistencia. Uranga, junto a su compañero Javi, se embarcó en la repetición de esta vía, enfrentándose a sus dificultades con una mezcla de respeto por el pasado y la necesidad de aplicar técnicas modernas.

La ascensión se tornó aún más significativa cuando Javi sufrió una caída en el primer largo, un incidente que, lejos de amedrentarlos, reforzó su determinación. Esta sección, descrita con variaciones en las guías, desde 6b+ hasta A2, demostró ser tan exigente como en sus orígenes. La superación de este punto crucial, donde muchos antes habían desistido, fue un testimonio de la perseverancia del equipo. Al avanzar por la ruta, Uranga descubrió evidencias de la escalada original, como los antiguos tacos de madera incrustados en la roca, mudos testigos del paso de Ariz y Tabernero. Estos elementos no solo eran un recordatorio de las técnicas de antaño, sino también un puente hacia el pasado.

La revelación más conmovedora llegó al indagar sobre el nombre de la vía. Javier Auzmendi, a quien se dedicó esta ruta, era un joven amigo de Gregorio Ariz y José Mari Tabernero que falleció trágicamente en 1966, a los 18 años, en un accidente en la Aguja de Ansabere. Su muerte, un año antes de la apertura de la vía, dejó una profunda huella en sus compañeros, quienes decidieron inmortalizar su memoria bautizando esta desafiante ruta en su honor. Esta historia añade una capa de significado emocional a cada ascenso, transformando la escalada en un acto de recuerdo y homenaje. La vía 'Javier Auzmendi' es, por tanto, más que una simple ruta de escalada; es un monumento a la amistad, la valentía y la persistencia del espíritu humano frente a la adversidad.

En definitiva, la travesía por la vía 'Javier Auzmendi' no fue solo una hazaña deportiva, sino un viaje al corazón de la historia de la escalada en Etxauri y un emotivo homenaje a un joven alpinista. La conexión inesperada con la farera de Costa da Morte refuerza la idea de que la audacia y la dedicación trascienden disciplinas y geografías. Este relato nos invita a explorar no solo la verticalidad de las montañas, sino también las profundidades de la memoria y el legado imperecedero de aquellos que, con valentía, trazaron nuevos horizontes, dejando una marca indeleble en el mundo.

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