Durante a\u00f1os, la ciencia ha sostenido la creencia de que los primates machos ejercen un dominio social inherente sobre las hembras, una idea que se ha propagado a trav\u00e9s de numerosos estudios, especialmente aquellos centrados en chimpanc\u00e9s. Sin embargo, una investigaci\u00f3n reciente, fruto de la colaboraci\u00f3n entre el Instituto Max Planck de Antropolog\u00eda Evolutiva, la Universidad de Montpellier y el Centro Alem\u00e1n de Primates, ha desmentido esta percepci\u00f3n. Sus sorprendentes descubrimientos indican que una clara dominaci\u00f3n de g\u00e9nero es pr\u00e1cticamente inexistente en el 70% de las especies de primates. Este estudio representa un cambio fundamental en nuestra comprensi\u00f3n de las din\u00e1micas de poder dentro del orden de los primates, lo que sugiere que las jerarqu\u00edas sociales son mucho m\u00e1s complejas y variadas de lo que se supon\u00eda inicialmente.
El estudio, que abarc\u00f3 m\u00e1s de 150 especies de primates, una categor\u00eda de mam\u00edferos que incluye a los seres humanos, se propuso reexaminar las interacciones sociales entre sexos. Durante mucho tiempo, los chimpanc\u00e9s han sido objeto de un an\u00e1lisis exhaustivo debido a su notable proximidad gen\u00e9tica con los humanos. Esta similitud ha llevado a que muchos de sus comportamientos y estructuras sociales se consideraran representativos de las din\u00e1micas sociales humanas, incluyendo la noci\u00f3n del 'macho alfa', popularizada por expertos como David Mech. Esta idea, que postula el predominio de los machos, ha influido incluso en las explicaciones de las desigualdades de g\u00e9nero en nuestra propia especie. No obstante, el nuevo estudio, publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences, ofrece una perspectiva radicalmente diferente: el dominio masculino es predominante en solo el 17% de las poblaciones de primates investigadas, lo que sit\u00faa a los chimpanc\u00e9s como una excepci\u00f3n, no como la norma.
Dieter Lukas, coautor del estudio y destacado bi\u00f3logo evolutivo e investigador del Instituto Max Planck, subraya que las relaciones de poder entre machos y hembras en el reino primate son considerablemente m\u00e1s adaptables de lo que se ha asumido hist\u00f3ricamente. El equipo de investigaci\u00f3n realiz\u00f3 un an\u00e1lisis exhaustivo de las interacciones agresivas entre sexos en 253 poblaciones pertenecientes a 121 especies diferentes. Un hallazgo notable fue la sorprendente frecuencia de las interacciones agresivas entre machos y hembras, un aspecto que antes se consideraba menos com\u00fan debido a la percepci\u00f3n de que ambos sexos compet\u00edan por recursos distintos. Este estudio desaf\u00eda la suposici\u00f3n de que el dominio masculino es el modelo predeterminado, y, por el contrario, proporciona una exploraci\u00f3n m\u00e1s exhaustiva de la diversidad en las relaciones de poder entre los g\u00e9neros. La revelaci\u00f3n de que en la mayor\u00eda de las poblaciones, un individuo es m\u00e1s propenso a enfrentarse a un miembro del sexo opuesto que del mismo, pone de manifiesto que la competencia entre g\u00e9neros es una caracter\u00edstica com\u00fan en el comportamiento animal, ampliando nuestra comprensi\u00f3n de las din\u00e1micas intersexuales.
En los casos donde se observa una dominaci\u00f3n masculina, esta se manifiesta cuando los machos ganan m\u00e1s del 90% de los enfrentamientos con las hembras. Este patr\u00f3n solo se cumple en 25 de las 151 especies analizadas, un grupo que incluye a los chimpanc\u00e9s, babuinos y macacos, caracterizadas a menudo por la poligamia de los machos. El poder masculino en estas especies se vincula principalmente a la fuerza f\u00edsica y la coercitividad. Por otro lado, las hembras exhiben estrategias de poder m\u00e1s sutiles y pac\u00edficas en especies donde las diferencias de tama\u00f1o corporal entre sexos son m\u00ednimas, o en aquellas con relaciones mon\u00f3gamas, donde controlan los apareamientos. Esta forma de dominio femenino est\u00e1 presente en el 13% de las especies estudiadas, incluyendo l\u00e9mures, gal\u00e1gidos y bonobos.
En el 70% restante de las poblaciones, la mayor\u00eda, no existe una dominaci\u00f3n de g\u00e9nero evidente. En estos grupos, los sesgos de poder son moderados, y las agresiones no generan una brecha significativa en la jerarqu\u00eda entre sexos. Este hallazgo rompe con la idea de que el 'macho alfa' es la \u00fanica figura de poder en las estructuras sociales de los primates y abre nuevas v\u00edas para investigar la extraordinaria diversidad social que existe en este orden animal.
Este exhaustivo estudio desaf\u00eda la concepci\u00f3n arraigada de un dominio masculino universal entre los primates, demostrando que la complejidad de las interacciones de poder es mucho mayor de lo que se hab\u00eda comprendido. Al revelar que el modelo del 'macho alfa' es una excepci\u00f3n m\u00e1s que la regla, la investigaci\u00f3n no solo redefine nuestra comprensi\u00f3n de las estructuras sociales en el reino animal, sino que tambi\u00e9n nos impulsa a cuestionar las extrapolaciones simplistas sobre la jerarqu\u00eda de g\u00e9nero en otras especies, incluida la nuestra. Estos hallazgos abren un nuevo cap\u00edtulo en el estudio de la primatolog\u00eda, sugiriendo que las din\u00e1micas de poder son moldeadas por una interacci\u00f3n intrincada de factores biol\u00f3gicos y sociales.