En el vibrante Centro Histórico de Mazatlán, un hito significativo en la hotelería de lujo ha tomado forma con la inauguración del primer establecimiento bajo la marca Pueblo Bonito Vantage. Este proyecto no solo representa una expansión para Pueblo Bonito Hotels & Resorts, sino también un audaz paso hacia la redefinición de la experiencia de hospitalidad, fusionando la opulencia contemporánea con el invaluable patrimonio arquitectónico. La meticulosa transformación de una casona histórica en un refugio de sofisticación es un testimonio del compromiso del grupo con la excelencia y la preservación cultural.

La visión detrás de Pueblo Bonito Vantage se centra en ofrecer a los huéspedes una inmersión auténtica en la cultura local, a través de un diseño que honra el pasado y un servicio que anticipa el futuro. Cada detalle, desde la selección de materiales hasta la creación de experiencias gastronómicas únicas, ha sido cuidadosamente curado para reflejar la riqueza de Mazatlán, creando un destino en sí mismo que invita a la exploración y al deleite de los sentidos.

Renacimiento Histórico: El Primer Pueblo Bonito Vantage

El grupo hotelero Pueblo Bonito Hotels & Resorts ha lanzado una nueva era en la hospitalidad de lujo con la apertura de su primera propiedad Pueblo Bonito Vantage en el corazón del Centro Histórico de Mazatlán. Este establecimiento pionero ha transformado una venerable casona de siglos de antigüedad en un hotel boutique de alta gama, que cuenta con 24 habitaciones elegantemente decoradas y una serie de servicios exclusivos. La iniciativa subraya una profunda conexión con el legado cultural de la región, proporcionando a los huéspedes una vivencia singular que entrelaza la suntuosidad contemporánea con la autenticidad histórica de la urbe costera.

El proyecto, que culminó tras un lustro de esmerado trabajo bajo la dirección del arquitecto Javier Hidalgo y el diseñador de interiores Víctor de Rueda, se distingue por su estilo ecléctico-contemporáneo. Cada aspecto de la propiedad ha sido restaurado con precisión, respetando las directrices del INAH, para asegurar la máxima comodidad sin comprometer la integridad arquitectónica original. El hotel ofrece comodidades de primer nivel, incluyendo dos restaurantes —uno de ellos liderado por un chef oaxaqueño de renombre internacional que celebra los sabores del mar y la tierra—, un gimnasio, spa, dos bares, una biblioteca y una piscina con jacuzzi, además de una terraza que brinda panorámicas urbanas cautivadoras. Esta nueva marca, Pueblo Bonito Vantage, se propone como un referente de lujo y cultura, con planes de inaugurar una segunda propiedad en San Miguel de Allende, consolidando así su promesa de experiencias hoteleras distinguidas.

Lujo y Cultura: Una Propuesta Innovadora en Hospitalidad

Pueblo Bonito Vantage Mazatlán no es solo un hotel, sino una declaración de principios en el sector hotelero de lujo, donde la sofisticación se encuentra con la inmersión cultural. La cadena ha concebido este espacio como un epicentro de experiencias exclusivas, donde cada detalle ha sido concebido para enriquecer la estancia del visitante. La cuidadosa selección de mobiliario diseñado a medida y la integración armónica de la vegetación local con materiales nobles, reflejan un profundo respeto por el clima y la esencia de la antigua mansión, proporcionando un ambiente de confort inigualable y una conexión auténtica con el entorno.

El restaurante insignia, Melville, es una joya culinaria donde el talento de un chef oaxaqueño de prestigio internacional se manifiesta en un menú que rinde homenaje a los productos autóctonos del mar y la tierra. La propuesta gastronómica es una innovadora reinterpretación de los moles tradicionales, acompañada de una selecta carta de vinos de alta gama, diseñada para complementar una experiencia culinaria refinada y relajada. La inauguración, presidida por Ernesto Coppel Kelly y Gabriel García Coppel, congregó a más de un centenar de invitados, quienes fueron testigos del nacimiento de este establecimiento que, en sus antiguas vidas fue escuela y prisión, y hoy resurge como un símbolo de la convergencia entre historia, lujo e ingenio hotelero, marcando un nuevo capítulo para el turismo en Mazatlán.