La representación diplomática de los Estados Unidos ha emitido un enérgico pronunciamiento, difundido a través de sus plataformas digitales, que confronta la percepción de los viajeros que buscan esparcimiento en las playas caribeñas de Cuba. Dicho comunicado resalta la marcada discrepancia entre la apacible vivencia vacacional y la penosa situación que enfrentan los ciudadanos cubanos, quienes cotidianamente lidian con interrupciones eléctricas, déficit de recursos y una atmósfera de opresión.
El mensaje oficial de la embajada estadounidense enfatiza que, si bien los visitantes disfrutan de escenarios paradisíacos, la población cubana convive con prolongados apagones, carestía de combustible, entornos urbanos desatendidos, y una persistente censura junto a la represión. Se argumenta que la infraestructura turística de la nación caribeña ha sido deliberadamente concebida para disimular las dificultades que padece su gente, contextualizando estas declaraciones dentro del marco de las rigurosas políticas implementadas por la administración de Donald Trump y las aludidas conspiraciones de los antagonistas de la revolución, según fuentes periodísticas.
Previamente, se había documentado cómo complejos hoteleros de lujo ubicados en Cayo Cruz, provincia de Camagüey, se vieron afectados por la escasez de agua potable. Esta problemática forzó cierres temporales en establecimientos como el Sanctuary White Sands, perteneciente a la cadena Iberostar. La propia compañía hotelera española reconoció públicamente que sus propiedades, al igual que otras en la región, experimentaron \"inconvenientes operativos en el suministro de agua\", conforme a lo declarado por el director de marketing de Iberostar en Cuba.