En un fascinante hallazgo que subraya la persistencia de la vida marina, una especie de tiburón que se consideraba perdida ha reaparecido en las aguas del Pacífico, específicamente en Papúa Nueva Guinea. Los tiburones, criaturas ancestrales que han habitado los océanos durante aproximadamente 400 millones de años, continúan revelando sorpresas a los investigadores. Este redescubrimiento, documentado por expertos de World Wildlife Fund (WWF) en el Journal of Fish Biology, se centra en el tiburón Gogolia filewoodi, también conocido como tiburón sabueso de vela, una subespecie con una aleta dorsal distintiva, cuya última observación se remontaba a hace cinco décadas. La importancia de este hallazgo radica en que esta especie representa una rama evolutiva sin parangón, consolidándose como un emblema vital para la biodiversidad oceánica.
El primer y único registro previo de este esquivo tiburón data de 1973, cuando el biólogo Lionel Winston Filewood lo identificó cerca de la desembocadura del río Gogol. Sin embargo, su rastro se perdió hasta principios de 2020, cuando un pescador accidentalmente capturó cinco hembras en la misma región geográfica. Estos ejemplares, que no superan el metro de longitud y poseen una aleta dorsal única, fueron encontrados a profundidades de entre 80 y 200 metros. Dos años después, un macho fue hallado en el mismo río. Las entrevistas con pescadores locales revelaron que la presencia de esta especie era más común de lo esperado, aunque su carne y aletas carecen de valor comercial, lo que llevaba a su descarte. Este hecho, sumado a la sobrepesca y la degradación del hábitat, ha provocado un declive poblacional significativo, lo que llevó a los científicos a hipotetizar que se trata de una especie microendémica, es decir, confinada a un área muy específica de la bahía.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) no había incluido al tiburón Gogolia filewoodi en su Lista Roja de Especies Amenazadas debido a la escasez de datos. Ahora, con este redescubrimiento, se pondrán en marcha proyectos de monitoreo y análisis genético para proteger a esta especie única, que a menudo es capturada incidentalmente. Este evento no solo resalta la crucial labor de campo y las encuestas artesanales para adquirir conocimientos en regiones poco exploradas, sino que también refuerza la necesidad de comprender y salvaguardar la ecología, el ciclo de vida y la distribución de especies tan valiosas. La reaparición de este enigmático tiburón nos recuerda que nuestros océanos aún albergan incontables maravillas y que la perseverancia en la investigación y la conservación es fundamental para desvelar sus secretos y proteger su invaluable biodiversidad.