Emprende un fascinante viaje a Tetuán, una ciudad en el norte de Marruecos que alberga una medina declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Esta histórica urbe, a tan solo media hora de Ceuta, revela una dualidad cultural única, donde la autenticidad de su antigua medina se fusiona con las huellas palpables de la época colonial española en su moderno ensanche. Es un destino que promete una inmersión genuina en la historia y la vida cotidiana marroquí.
El corazón de Tetuán late con dos ritmos distintos, ofreciendo al visitante una experiencia singular: la milenaria medina y el vibrante Barrio Español. Este último, un vestigio del Protectorado, irradia la esencia de la presencia española en Marruecos. Desde su arquitectura distintiva hasta los nombres de sus establecimientos, el Barrio Español de Tetuán es un testimonio viviente de un pasado compartido, invitando a explorar sus calles con una mezcla de asombro y nostalgia.
La ciudad de Tetuán, con una historia que se remonta al siglo III a.C., ha sido un crisol de culturas y acontecimientos históricos. Sin embargo, su vínculo con España se intensificó a finales del siglo XV al acoger a musulmanes y judíos expulsados de la península ibérica, lo que la transformó en un floreciente centro andalusí. Siglos más tarde, tras una breve ocupación en 1860, Tetuán se convirtió en la capital del Protectorado Español de Marruecos en 1913, un periodo que, a pesar de las resistencias locales y conflictos como la Guerra del Rif, marcó una época de notable desarrollo para la ciudad.
Durante el Protectorado, la influencia española se hizo sentir profundamente en Tetuán, modelando su urbanismo y su identidad cultural. El Barrio Español, o Ensanche Español, es el reflejo más claro de esta etapa, con su arquitectura colonial que contrasta con la laberíntica medina. Aunque el Protectorado concluyó en 1956 con la independencia de Marruecos, la huella española perdura, y es común encontrar a antiguos habitantes de Tetuán que aún evocan con melancolía ese tiempo, e incluso conversan en un español impecable, destacando la profunda conexión que se forjó entre ambas culturas.
La experiencia de recorrer el Barrio Español de Tetuán es un viaje en el tiempo, una oportunidad de sumergirse en una atmósfera que evoca la época del Protectorado. Este distrito, que se desarrolló a principios del siglo XX, se extiende hacia el oeste desde la majestuosa Plaza del Palacio Real, un punto de transición entre la antigua medina y el moderno ensanche. Es en este barrio donde el pasado español cobra vida a través de sus construcciones, sus calles y sus establecimientos, ofreciendo una perspectiva única de la historia compartida entre Marruecos y España.
Al pasear por el Barrio Español, te maravillarás con la distintiva arquitectura colonial: edificios de fachadas blancas y balconadas ornamentadas, con toques del característico verde de Tetuán. La Plaza de Moulay El Hehdi es un eje central, reconocible por la Iglesia de Nuestra Señora de Victoria, la única iglesia católica de la ciudad. Además, la calle principal y sus adyacentes revelan una serie de establecimientos que aún conservan sus nombres en español, como la “Peluquería Granada” o el “Bar Andalucía”, un lugar singular donde aún se puede consumir cerveza. El Teatro Español, recientemente restaurado, el antiguo Casino Español, la Biblioteca General y el Archivo de Tetuán, y hasta la residencia del dictador Franco, son testimonios arquitectónicos de una era pasada, invitando a una exploración que desvela la fascinante interconexión cultural en el corazón de esta singular ciudad marroquí.