La familia Escarrer, pilar del emporio hotelero Meliá, lamenta profundamente el reciente fallecimiento de Ana María Jaume Vanrell, la matriarca y esposa del recordado fundador, Gabriel Escarrer Juliá. Su deceso, ocurrido repentinamente, llega apenas nueve meses después de la partida de su esposo, sumiendo a la familia y a la compañía en un periodo de duelo prolongado. El Grupo Meliá, en un emotivo comunicado, destacó las cualidades excepcionales de Ana María, resaltando su inmenso corazón, su aguda intuición y su notable empatía, virtudes que la distinguían y que la hicieron una figura querida y respetada tanto en su círculo íntimo como entre los numerosos colaboradores y amigos.

Su influencia trascendió el ámbito familiar, impactando positivamente a cientos de personas gracias a su innata generosidad, que hacía sentir a todos los que la rodeaban como parte de su propia familia. Esta cualidad, junto con su lealtad y compromiso inquebrantables, dejó una huella indeleble en quienes tuvieron el privilegio de conocerla. La familia entera, compuesta por sus hijos Magdalena, Ana, María Antonia, Mercedes, Sebastián y Gabriel; sus veinte nietos y dos bisnietos, la recordarán con un amor inagotable, admiración y gratitud por el invaluable papel que desempeñó en sus vidas.

La historia de los Escarrer es una de las más emblemáticas en la industria hotelera global. Gabriel Escarrer Juliá, un visionario que fundó Meliá en 1956 con tan solo 21 años, transformó lo que era un pequeño proyecto en una de las cadenas hoteleras más prestigiosas y reconocidas a nivel internacional. Su trayectoria de casi siete décadas estuvo marcada por una dedicación total al turismo, siendo pionero en la hotelería tanto en España como en el Caribe. Su legado, más allá de sus logros empresariales, se fundamenta en su humildad y profundo compromiso social, valores que indudablemente compartió y cultivó junto a su esposa, Ana María. La partida de ambos pilares deja un vacío significativo, pero el espíritu y los principios que sembraron continuarán guiando a las futuras generaciones de la familia y a la corporación Meliá.

La vida de Ana María Jaume Vanrell fue un testimonio de amor, dedicación y fortaleza, demostrando que detrás de grandes éxitos empresariales siempre hay un soporte familiar invaluable y un legado humano que perdura. Su memoria servirá de inspiración, recordándonos la importancia de la generosidad, la conexión humana y el impacto positivo que una persona puede tener en el mundo.