El flujo de tráfico aéreo en el Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC) ha registrado un descenso significativo, marcando un cambio notorio en sus operaciones diarias. Específicamente, este miércoles, el número de vuelos, sumando tanto aterrizajes como despegues, se situó en 341. Esta cifra contrasta marcadamente con los volúmenes de casi 700 operaciones que el aeropuerto gestionó en sus momentos de mayor actividad tras el impacto de la pandemia global, lo cual podría interpretarse como el comienzo de una fase de menor demanda en el sector turístico.
Detallando las estadísticas, se programaron 171 llegadas, de las cuales 80 correspondieron a vuelos nacionales y 91 a internacionales. En cuanto a las salidas, se registraron 170, distribuidas en 80 vuelos domésticos y 90 internacionales. La conectividad nacional de Cancún se mantuvo sólida, enlazando con más de quince ciudades mexicanas, incluyendo importantes centros urbanos. Por otro lado, la red internacional del aeropuerto abarca destinos clave en Norteamérica, Europa, Centroamérica y el Caribe, con conexiones a metrópolis como Atlanta, Bogotá, Bruselas, Estambul, Frankfurt, Londres, Madrid, Miami, Nueva York, San Francisco, Toronto y Washington. Una diversidad de aerolíneas, tanto locales como de renombre mundial, como Aeroméxico, Air Canada, American Airlines, Avianca, British Airways, Copa, Delta, Frontier, JetBlue, Latam, Southwest, Spirit, Turkish Airlines, United Airlines, Viva Aerobús y Volaris, continúan prestando servicios en este importante hub aéreo. Es importante recordar que, en junio pasado, el aeropuerto de Cancún experimentó un notable repunte, alcanzando un promedio de 500 operaciones diarias en el Día del Padre, destacando la influencia de eventos específicos en el dinamismo del turismo.
La variación en las cifras de operaciones aéreas subraya la naturaleza cíclica de la industria turística y la adaptabilidad de los destinos a las temporadas de menor afluencia. A pesar de la reducción actual, la amplia oferta de rutas y aerolíneas consolida la posición de Cancún como un destino turístico de primer nivel. Este escenario ofrece una oportunidad para el sector de evaluar y ajustar estrategias, buscando siempre la optimización de recursos y la mejora de la experiencia del viajero, preparándose para futuras recuperaciones y crecimientos sostenidos.