En un movimiento audaz para dinamizar su sector turístico y redirigir el flujo de visitantes, Tailandia ha anunciado un ambicioso programa de vuelos domésticos sin costo. Esta iniciativa, que distribuirá 200.000 billetes aéreos entre septiembre y noviembre de 2025, tiene como objetivo principal aliviar la congestión en las zonas más populares y promover el descubrimiento de provincias menos transitadas. La nación asiática, que busca recuperar el impresionante volumen de turistas previo a la pandemia, apuesta por la descentralización como clave para un crecimiento sostenible y equitativo en la industria del viaje. Esta estrategia refleja una respuesta ingeniosa a la estacionalidad y una búsqueda activa de la diversidad en la oferta turística, siguiendo los pasos de otras potencias turísticas que han implementado programas de incentivos similares.
El Ministerio de Turismo y Deportes de Tailandia ha revelado una campaña sin precedentes denominada “Buy International, Free Thailand Domestic Flights”. Desde el 1 de septiembre hasta el 30 de noviembre de 2025, doscientos mil billetes aéreos nacionales serán ofrecidos a viajeros de todo el mundo que lleguen por vía aérea. Esta audaz propuesta busca no solo reavivar el interés por el destino, sino también abordar la concentración de turistas en sitios emblemáticos, incentivando la visita a regiones menos exploradas.
La iniciativa surge en un momento crucial para el turismo tailandés, que busca recuperar el esplendor de 2019, cuando rozó los 40 millones de visitantes. A pesar de una ligera disminución del 7% en las llegadas durante los primeros ocho meses del año en curso, la proyección oficial para 2025 estima 33 millones de turistas internacionales. Con el programa de vuelos gratuitos, el gobierno espera mitigar la estacionalidad inherente a la temporada de lluvias (mayo a octubre) y garantizar una distribución más uniforme de los beneficios económicos del turismo a lo largo y ancho del país, más allá de los conocidos Bangkok, Chiang Mai o las idílicas islas del sur.
Las condiciones para acceder a estos beneficios son claras: los vuelos gratuitos cubrirán trayectos domésticos con un valor máximo de 1.750 baht (aproximadamente 46,12 euros) para billetes de ida y hasta 3.500 baht (unos 92,24 euros) para viajes de ida y vuelta, incluyendo un generoso límite de 20 kilos de equipaje. Para ser elegibles, los visitantes deben adquirir un vuelo internacional con aerolíneas participantes como Thai Airways, Thai AirAsia, Bangkok Airways, Nok Air, Thai Lion Air y Thai Vietjet. La reserva de estos vuelos gratuitos debe realizarse exclusivamente online a través de los canales oficiales, excluyendo compras realizadas previamente.
El impacto anticipado de esta estrategia es considerable. Se espera que impulse la economía local en áreas que tradicionalmente no han sido el foco principal del turismo, reduciendo la presión sobre destinos ya saturados como Phuket, Krabi o las islas Phi Phi. Esta medida sigue la línea de otras campañas internacionales exitosas, como la de Hong Kong en 2023, que distribuyó billetes gratuitos para fomentar la recuperación post-pandemia, o la de Taiwán, que ofreció bonos económicos a medio millón de viajeros, demostrando la efectividad de los incentivos directos en la dinamización turística.
Además de la distribución de vuelos, Tailandia se inspira en otras ideas innovadoras, como la campaña de la isla griega de Siros en 2018, que ofreció alojamiento y salario a cambio del cuidado de gatos, generando una notoriedad inesperada y atrayendo visitantes con un concepto original. Estas estrategias globales demuestran un cambio en la forma de atraer turistas, priorizando la experiencia y la diversificación de la oferta.
Esta iniciativa tailandesa nos invita a reflexionar sobre la capacidad de adaptación y la creatividad necesarias en el sector turístico actual. No se trata solo de atraer números, sino de gestionar el flujo de visitantes de manera inteligente, promoviendo una distribución equitativa de los beneficios y preservando la autenticidad de los destinos. La lección aquí es que la innovación y la colaboración, tanto a nivel gubernamental como con el sector privado, son fundamentales para construir un turismo resiliente y beneficioso para todos. La diversificación y la sostenibilidad no son solo palabras de moda, sino pilares esenciales para el futuro de los viajes a nivel mundial.