La industria turística en Quintana Roo, especialmente en destinos clave como Tulum, Playa del Carmen y Cancún, se encuentra en estado de alerta tras la reciente actualización de las advertencias de viaje emitidas por el Departamento de Estado de Estados Unidos. La inclusión del término 'terrorismo' en la clasificación de riesgo para una treintena de estados mexicanos ha provocado una profunda preocupación entre los empresarios del sector. Argumentan que esta caracterización, aunque se basa en una clasificación general de riesgos y no en incidentes específicos en la región, podría tener repercusiones económicas devastadoras al ahuyentar a los visitantes internacionales, de quienes depende en gran medida la subsistencia de miles de familias y negocios locales.
Representantes del sector, como la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) y el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), han manifestado públicamente su desacuerdo con esta clasificación, considerándola desproporcionada y alejada de la realidad que viven la mayoría de los estados mexicanos. A pesar de reconocer desafíos de seguridad en ciertas áreas, enfatizan que equiparar la situación con actos terroristas distorsiona la percepción internacional y mina la confianza de los viajeros e inversores. El impacto de tal alerta es innegable, especialmente considerando que más del 85% de la economía de Cancún, Playa del Carmen y Tulum proviene del turismo.
Ante este panorama, el sector empresarial hace un llamado urgente a las autoridades mexicanas, instando a la nueva administración de Claudia Sheinbaum y a la gobernadora Mara Lezama a implementar estrategias contundentes. Solicitan una intensificación de la promoción internacional de México como un destino seguro y competitivo, además de reforzar las medidas de seguridad para los turistas. La colaboración entre el ámbito público y privado se vuelve crucial para proteger la imagen del país, asegurar el bienestar económico de millones de mexicanos y salvaguardar el futuro de una industria vital para la nación.
En este contexto, la unidad y la acción coordinada entre el gobierno y la sociedad civil son fundamentales para superar los desafíos y proyectar una imagen fiel y positiva de México ante el mundo. La resiliencia y la capacidad de adaptación de su gente, junto con la riqueza cultural y natural del país, son activos invaluables que, con una gestión adecuada, permitirán afrontar cualquier adversidad y continuar construyendo un futuro próspero y seguro para todos.