En una notable proeza en el ámbito del alpinismo, un trío de escaladores españoles ha inaugurado una ruta sin precedentes en una de las montañas más emblemáticas y temidas de los Andes peruanos. Esta expedición no solo marca una nueva página en la historia de la cumbre, que había permanecido inactiva por más de dos décadas en términos de ascensos registrados, sino que también resalta la tenacidad y la audacia inherentes a la práctica de la escalada de alta dificultad. La apertura de este itinerario subraya el compromiso de los montañistas con la exploración de los límites humanos y geográficos, desafiando las condiciones extremas y la complejidad técnica de la cordillera andina.
Entre los días 4 y 9 de agosto, los alpinistas Marc Toralles, Rubén Sanmartín y Bru Busom llevaron a cabo una ascensión extraordinaria en el Yerupajá, una cumbre de 6.634 metros situada en la cordillera de Huayhuash, Perú. Este logro consistió en la apertura de una innovadora vía en la cara Este de la montaña, a la que bautizaron 'L’escència del compromis'. La ruta, que se extendió por aproximadamente 3.000 metros, presentó dificultades clasificadas como 6c+, M6+ y 95º, culminando en la travesía de una arista oriental plagada de inestables formaciones de hielo y nieve, conocida como 'hongos'. El descenso fue realizado por la arista Sur, abarcando también la cumbre Sur de la montaña, de 6.515 metros. Esta hazaña representa la primera travesía completa de la montaña, ascendiendo por el flanco oriental y descendiendo por la arista meridional, ejecutada con el exigente estilo alpino.
Los montañistas describieron esta experiencia como la escalada más compleja y arriesgada que habían enfrentado hasta la fecha. La naturaleza de la arista, que hacía prácticamente imposible cualquier retirada una vez iniciada, les obligó a seguir adelante hacia la cima principal como única opción de descenso seguro. El Yerupajá, conocido como el pico más elevado de la cordillera de Huayhuash y el segundo en altura de todo el Perú, solo superado por el Huascarán (6.757 metros), posee un perfil distintivo con dos flancos que convergen en un estrecho y prolongado filo. Este se alinea con tres cumbres principales: el Yerupajá Norte (6.430 m), el Yerupajá Grande (6.634 m) y el Yerupajá Sur (6.515 m). Su ubicación se extiende entre los departamentos peruanos de Lima, Áncash y Huánuco. El nombre 'Yerupajá' proviene del quechua, significando 'amanecer blanco', y se le apoda 'el Carnicero' debido a la extrema dificultad y peligrosidad de sus ascensiones. A pesar de su notoria dificultad, que lo convierte en uno de los 'seismiles' menos escalados de los Andes peruanos, la montaña es un desafío constante para los alpinistas.
La historia de las ascensiones al Yerupajá se remonta a 1950, cuando los alpinistas estadounidenses James Maxwell y David Harrah realizaron la primera ascensión, alcanzando el Yerupajá Sur y continuando por la afilada arista hasta la cima virgen del Yerupajá Grande. Su épico descenso estuvo marcado por serias complicaciones que les causaron la pérdida de varios dedos de manos y pies, rozando la tragedia. En 1966, Leif Patterson y Jorge Peterek completaron la segunda ascensión por la cara Oeste. Posteriormente, en 1979, Dave Wilkinson y Richard Renshaw siguieron una ruta iniciada por los neozelandeses Roger Bates y Graeme Dingle. En 1987, los austriacos Ponholzer, Klett, Grossegger, Bürgen y Petodnig lograron la cumbre principal. Trágicamente, en 1995, los austriacos Stephan Hradil y Nikolaus Wallner alcanzaron la cima, pero perecieron en una avalancha durante el descenso, un testimonio de la naturaleza implacable de la montaña y sus condiciones cambiantes.
Otro momento destacado en la historia del Yerupajá fue la ascensión realizada por los españoles Jordi Canyameres, Quico Dalmases y Miquel Lonch en el verano de 1986. Esta expedición, parte de un período de varios meses de intensa actividad en los Andes, incluyó ascensos a otras cumbres notables como el Alpamayo y el Quitarraju. En 2001, el ecuatoriano Santiago Quintero llevó a cabo una ascensión solitaria por la cara Oeste en un tiempo récord de 17 horas, destacando la inestabilidad de la nieve en los tramos finales. En 2003, los eslovenos Matevz Kramer, Matej Mejovsek y Tadej Zorman abrieron la ruta 'Limitless Madness' en la cara Noreste, describiéndola como una experiencia de 'locura pura' debido a las extremas condiciones. Más recientemente, en 2014, Nathan Heald y Luis Crispín llegaron a la arista de la cumbre por la cara Oeste, pero optaron por no continuar debido a la peligrosidad de las condiciones. Desde entonces, no se había registrado ninguna ascensión a esta cumbre, lo que convierte la reciente hazaña de los alpinistas españoles en un suceso de gran relevancia y un retorno significativo a la exploración de esta formidable montaña.
La reciente ascensión del Yerupajá por el equipo español subraya la persistente atracción de los grandes desafíos andinos. Esta expedición, al abrir una nueva ruta en una montaña tan poco frecuentada y de altísima exigencia técnica, revalida el espíritu pionero del alpinismo y su búsqueda constante de nuevas líneas y experiencias en la alta montaña. El éxito en 'L’escència del compromis' no es solo una victoria personal para los escaladores, sino también un legado para las futuras generaciones, demostrando que la innovación y el coraje siguen siendo pilares fundamentales en la conquista de los picos más remotos y complejos del planeta.