Aventura y Naturaleza
El amanecer eléctrico de España: La hazaña luminosa de Antonio Casares en Santiago
2025-09-05

En un momento crucial para la historia de la ciencia y la tecnolog\u00eda en Espa\u00f1a, la Universidad de Santiago de Compostela fue testigo de un acontecimiento trascendental. Gracias a la ingeniosidad y el conocimiento del catedr\u00e1tico Antonio Casares, la naci\u00f3n experiment\u00f3 por primera vez la generaci\u00f3n de luz artificial mediante electricidad. Este logro, que imitaba el resplandor solar, no solo disip\u00f3 la oscuridad nocturna en un \u00e1mbito acad\u00e9mico, sino que tambi\u00e9n sembr\u00f3 la semilla para el desarrollo de la iluminaci\u00f3n el\u00e9ctrica en el pa\u00eds. La meticulosa preparaci\u00f3n, la utilizaci\u00f3n de recursos costosos y la audacia de Casares culminaron en una demostraci\u00f3n \u00fanica, cuyo impacto resuena a\u00fan en el confort de nuestras vidas modernas, donde la luz el\u00e9ctrica, anta\u00f1o una maravilla, se ha convertido en una necesidad.

El 2 de abril de 1851, el claustro de la Universidad de Santiago de Compostela se transform\u00f3 en el epicentro de la innovaci\u00f3n. Antonio Casares, enfrentando desaf\u00edos econ\u00f3micos y t\u00e9cnicos, despleg\u00f3 su ingenio para crear un montaje que parec\u00eda extra\u00eddo de la ficci\u00f3n. Utilizando una bater\u00eda de Bunsen compuesta por cinc y \u00e1cido sulf\u00farico en una celda, y carbono con \u00e1cido n\u00edtrico en otra, Casares logr\u00f3 producir la electricidad necesaria. Cincuenta de estas c\u00e9lulas, cada una con un potencial de 1.72 voltios, fueron ensambladas para alimentar un arco voltaico. Este fen\u00f3meno, que ionizaba el aire entre dos electrodos de grafito, generaba una luminosidad tan intensa que resultaba deslumbrante, comparable a la luz producida en la soldadura por arco de carbono actual, lo que subraya la potencia de su invenci\u00f3n.

El \u00e9xito inicial de Casares en el recinto universitario fue tan rotundo que decidi\u00f3 repetir la proeza. El 24 de julio de 1852, coincidiendo con la festividad de los Fuegos del Ap\u00f3stol, el experimento se traslad\u00f3 al exterior de la imponente Catedral de Santiago. All\u00ed, una multitud asombrada presenci\u00f3 c\u00f3mo la oscuridad de la noche era temporalmente desterrada por el fulgor del arco voltaico. Una frase en gallego, \u201cA noite est\u00e1 varrida da terra\u201d, encapsul\u00f3 la magnitud del momento, reflejando el profundo impacto que tuvo en los observadores, independientemente de qui\u00e9n la pronunciara. Adem\u00e1s, Casares incorpor\u00f3 un regulador, una tecnolog\u00eda vanguardista ideada solo ocho a\u00f1os antes por el f\u00edsico franc\u00e9s Deleuil, que aseguraba la constancia del arco el\u00e9ctrico al mantener la distancia \u00f3ptima entre los electrodos. Un espejo parab\u00f3lico met\u00e1lico completaba el sistema, permitiendo direccionar la luz a voluntad y maximizar su efecto visual.

Este evento, documentado por los relatos de la \u00e9poca, marca un punto de inflexi\u00f3n en la historia de Espa\u00f1a al introducir la iluminaci\u00f3n el\u00e9ctrica en su territorio. Fue un avance que, aunque lento en su inicio, se consolidar\u00eda de manera inquebrantable, culminando en la infraestructura de alumbrado p\u00fablico de la que hoy disfrutamos. Es fascinante reflexionar c\u00f3mo lo que en su momento fue motivo de asombro y fascinaci\u00f3n, hoy se ha transformado en una comodidad tan integrada en nuestra vida diaria que apenas la percibimos, y cuya ausencia es lo \u00fanico que realmente notamos. La trayectoria de Antonio Casares, quien adem\u00e1s de esta innovaci\u00f3n fue fundamental en la creaci\u00f3n de la c\u00e1tedra de Qu\u00edmica en 1845 y la facultad de Farmacia en 1957, lo llev\u00f3 a ser nombrado rector de la Universidad de Santiago en 1872, cargo que ocup\u00f3 hasta su fallecimiento en 1888, consolidando su legado como cient\u00edfico y educador.

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