El primer día de julio marca la reapertura del Parador de Cuenca, después de un cierre de siete meses dedicado a una fase inicial de obras. Aunque las labores de rehabilitación continuarán hasta principios de 2026, estas se concentrarán en el exterior, asegurando que las actividades internas del establecimiento no se vean afectadas. La inversión total destinada a esta ambiciosa remodelación asciende a 1.3 millones de euros, con una partida específica de 616.000 euros para el diseño de interiores.
La intervención ha revitalizado las 63 habitaciones y las zonas compartidas del Parador, adoptando un diseño interior que reinterpreta la esencia monástica del edificio desde una perspectiva moderna y funcional. Este emblemático convento de San Pablo reaparece con una imagen fresca que honra su patrimonio histórico, al tiempo que proporciona una experiencia de hospitalidad vanguardista, acogedora y práctica. Los espacios comunes, como el claustro acristalado, la cafetería situada en la antigua capilla y la piscina exterior con vistas al impresionante cañón del Huécar, han sido transformados en “lugares de contemplación y vivencia sensorial”.
Además de las mejoras estéticas, se han implementado significativas actualizaciones en el área de estacionamiento y se ha reformado completamente la sala de calderas. Esta última medida se proyecta para reducir el consumo de gas del Parador en casi un 20% durante el primer año de operación, lo que demuestra cómo la inversión en sostenibilidad y eficiencia energética impacta directamente en la rentabilidad del negocio. La reapertura de este Parador es un componente clave de una estrategia de modernización, renovación y compromiso territorial que Paradores está llevando a cabo.
La reforma del Parador es parte de una acción colaborativa con Turespaña, que ha invertido más de 2.4 millones de euros, procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), dentro del Componente 14 dedicado al Turismo, con fondos europeos Next Generation, y en el marco del Plan de conservación, rehabilitación y puesta en valor de inmuebles BIC del Gobierno, con un presupuesto de 100 millones de euros. Turespaña está llevando a cabo importantes tareas de restauración y mantenimiento en este histórico edificio. Las intervenciones se centran en la limpieza y consolidación de las fachadas norte y sur, el claustro, el atrio de entrada y su muralla exterior, buscando resolver problemas de humedad y eliminar la vegetación que afecta a los sillares. Asimismo, se mejorará y modernizará la iluminación monumental de las áreas intervenidas, aplicando criterios de sostenibilidad y eficiencia.
Una de las novedades más destacadas es la restauración y rehabilitación de la Torre del Aljibe, ubicada en la parte superior del recinto. Esta torre será transformada en un nuevo mirador que ofrecerá vistas panorámicas a las icónicas Casas Colgadas y al casco histórico de la ciudad, y estará abierta al público en general. Esta iniciativa busca expandir los espacios accesibles no solo para los huéspedes del Parador, sino para cualquier persona interesada en disfrutar de las vistas.
Este proyecto también ha significado un importante impulso para el programa artístico del Parador de la capital conquense, en apoyo a la designación de Cuenca como cuna del Arte Abstracto. Un pilar distintivo del proyecto ha sido el fortalecimiento de la dimensión artística del Parador. A la colección existente se han añadido obras de dos artistas esenciales del abstraccionismo español con vínculos a Cuenca: Gustavo Torner y Fernando Zóbel. Además, el Parador alberga en su claustro la obra maestra del artista Julián Casado, La Serie Malevich, compuesta por 42 lienzos que forman una pieza unificada. Paradores posee una valiosa colección artística y actualmente está reforzando su dedicación al arte contemporáneo, desempeñando un papel de mecenazgo y difusión del arte actual y las nuevas corrientes que se desarrollan en España. De esta manera, Paradores continúa siendo un referente en el fomento de un turismo cultural de alta calidad.