Los españoles muestran una clara inclinación hacia la inteligencia artificial (IA) como herramienta para organizar sus viajes, pero esta aceptación viene acompañada de una insistencia fundamental en el mantenimiento de la supervisión humana. Según el último Informe global de Booking.com sobre la percepción de la IA, un abrumador 87% de los encuestados en España está dispuesto a integrar esta tecnología en sus preparativos de viaje. Sin embargo, solo un reducido 9% se sentiría cómodo cediendo autonomía total a la IA, lo que subraya la importancia del discernimiento humano en el proceso. La familiaridad con la IA es notable, con un 74% de los españoles sintiéndose versados en su funcionamiento, aunque un significativo 38% prefiere verificar la información generada, evidenciando una postura de cautela informada.
La integración de la IA en la esfera turística ya es una realidad para muchos, con un 56% de los españoles utilizando estas herramientas para la planificación o reserva de sus trayectos. Las aplicaciones van desde traductores automáticos y sugerencias de rutas, hasta recomendaciones culinarias y asistencia en la edición de fotografías post-viaje. A pesar de la creciente confianza en asistentes de IA, que incluso superan en fiabilidad percibida a bloggers e influencers, la dimensión emocional y el juicio personal siguen siendo irremplazables. Muchos viajeros consideran que la IA puede resultar impersonal o, en un 12% de los casos, rechazan su uso sin una validación humana explícita. El sector turístico, tal como lo enfatiza Pilar Crespo de Booking.com, tiene la responsabilidad de fomentar la confianza y garantizar la transparencia a medida que la IA se vuelve más omnipresente.
Más allá de la eficiencia y la comodidad, la inteligencia artificial también se perfila como un aliado potencial para un turismo más consciente y responsable. Una mayoría considerable de españoles valora que la IA pueda contribuir a evitar la masificación de destinos y a promover experiencias que generen un impacto positivo a nivel local. Estas expectativas resaltan una evolución en las preferencias del viajero español, que busca equilibrar la innovación tecnológica con un compromiso creciente hacia la sostenibilidad y el respeto por el entorno. En este sentido, la IA se presenta no solo como una herramienta para simplificar el proceso de viaje, sino como un catalizador para un futuro turístico más ético y enriquecedor, donde la tecnología potencia las decisiones humanas sin suplantarlas.