Las tensiones en el \u00e1mbito comercial entre la Uni\u00f3n Europea y los Estados Unidos est\u00e1n en un punto cr\u00edtico. La reciente declaraci\u00f3n del presidente estadounidense, que impone un gravamen del 30% a las importaciones europeas, ha provocado una r\u00e1pida reacci\u00f3n desde Bruselas. La Uni\u00f3n Europea ya ha esbozado una estrategia de respuesta si las negociaciones para mitigar este impacto no prosperan. Estas medidas de represalia podr\u00edan afectar a una serie de productos estadounidenses, con un \u00e9nfasis particular en el sector aeron\u00e1utico, lo que tendr\u00eda repercusiones directas en gigantes como Boeing.
La fecha l\u00edmite del 1 de agosto se cierne sobre ambas partes como un ultim\u00e1tum para alcanzar un acuerdo que evite una escalada arancelaria. Si las conversaciones fracasan en reducir el porcentaje propuesto, la Uni\u00f3n Europea est\u00e1 lista para implementar una serie de impuestos sobre exportaciones clave de Estados Unidos. Estos incluir\u00edan no solo la industria de aviaci\u00f3n, sino tambi\u00e9n el sector automovil\u00edstico, agroalimentario y qu\u00edmico. De un paquete total de 72.000 millones de euros en posibles grav\u00e1menes, aproximadamente 11.000 millones se destinar\u00edan espec\u00edficamente a las aeronaves. Este listado de productos, que fue presentado a los ministros de Relaciones Exteriores y Comercio de los pa\u00edses miembros, aguarda la aprobaci\u00f3n final antes de su implementaci\u00f3n.