Palma de Mallorca, una joya en las Islas Baleares, se ha transformado en un destino cultural de primer orden. Este relato de viaje se sumerge en la esencia de su capital, revelando su faceta más allá del sol y la arena. La experiencia de recorrer sus calles históricas y admirar su impresionante arquitectura gótica ha superado todas las expectativas, convirtiéndola en una opción ideal para una escapada enriquecedora en cualquier momento del año. Los viajeros descubrirán una ciudad vibrante que fusiona tradición y modernidad, ofreciendo una perspectiva fresca de la popular isla.

La llegada a Palma es sorprendentemente cómoda, gracias a su bien conectado aeropuerto. El tráfico aéreo de la isla es uno de los más concurridos de España, facilitando la búsqueda de vuelos desde diversas ciudades europeas. Aquellos que prefieren el viaje por mar pueden optar por los ferris desde Barcelona o Valencia, llevando incluso su propio vehículo para explorar con mayor libertad. Desde el aeropuerto, el autobús urbano A1 ofrece una conexión eficiente con el centro y el puerto, con servicios frecuentes y a un costo asequible, o si se prefiere mayor comodidad, un taxi es una opción razonable.

El corazón histórico de Palma se erige en la colina de Palma Alta, donde la majestuosa Catedral de Santa María de Palma, conocida como la Seu, domina el horizonte. Esta catedral gótica, única por su ubicación frente al mar, asombra con la magnitud de su nave central, una de las más altas de Europa. A su lado, el Palacio Real de la Almudaina, una antigua fortaleza musulmana, narra siglos de historia real y sigue siendo un lugar de ceremonias para la realeza española. Bajo estos monumentos, el Parque del Mar, creado para preservar la vista de la catedral junto al agua, invita a paseos relajantes.

Adentrándose en las serpenteantes calles del centro histórico, se descubren patios escondidos en antiguas casas señoriales, testigos del esplendor pasado de la ciudad. Muchas de estas residencias han sido rehabilitadas, albergando hoteles, restaurantes y galerías de arte, como el impresionante patio de Can Vivot. La Plaza del Ayuntamiento exhibe un olivo centenario, símbolo de la longevidad de la ciudad. La Calle de San Miguel, cercana a la Plaza Mayor, alberga la iglesia del mismo nombre con su particular planta circular y el Claustro de San Antonio, un espacio histórico ahora bajo propiedad bancaria.

En el trayecto hacia el antiguo barrio marinero, se atraviesan las arterias comerciales como la Avenida del Born y la Calle Jaume III, conocida como la 'Milla de Oro' por sus boutiques de lujo. Destaca Rialto Living, un centro de decoración y diseño ubicado en una antigua casa señorial. El rehabilitado barrio de Santa Catalina, otrora deprimido, florece ahora con hoteles boutique y galerías de arte, manteniendo la esencia de sus patios históricos como Can Menor. El edificio de La Lonja, antigua sede de mercaderes, con sus columnas helicoidales, y el Consulado del Mar, completan la rica estampa de esta zona.

Más allá del centro, el Castillo de Bellver, con su singular planta circular y cuatro torres, ofrece las vistas más espectaculares de la ciudad, su puerto y la bahía, siendo una visita obligada a la que se puede llegar incluso en autobús turístico. Cerca de este, los Jardines del Palacio de Marivent, aunque no el palacio en sí, permiten admirar esculturas de Joan Miró. La Fundación Miró Mallorca, en la residencia final del aclamado artista, proporciona una inmersión profunda en su obra y proceso creativo, invitando a explorar sus estudios y bocetos en Son Boter.

La gastronomía de Palma es un pilar fundamental de la experiencia balear, con un enfoque en la cocina mediterránea y el pescado fresco. Delicias locales como la sobrasada y las famosas ensaimadas son imprescindibles, siendo Can Joan de s’Aigo el lugar predilecto para degustar las mejores. El Mercado del Olivar es también un punto de interés para sumergirse en la cultura culinaria local. Para el alojamiento, Palma ofrece una amplia gama de opciones, desde hoteles de lujo hasta encantadores establecimientos boutique en edificios históricos, asegurando una estancia perfecta en esta ciudad diversa y cautivadora.