Viajes Culturales
La intrincada identidad hispana y latina en Estados Unidos
2025-07-23

La delimitación de los términos 'hispano' y 'latino' en el contexto estadounidense es un tema de notable complejidad, con una historia arraigada en controversias y malentendidos. Aunque en España la comprensión del término 'iberoamericano' incluye a españoles y portugueses, en Estados Unidos, la elección entre 'hispano' y 'latino' va más allá de una mera etiqueta lingüística, implicando profundas implicaciones identitarias para millones de personas. Desde descendientes de españoles hasta individuos con herencia indígena mexicana o de familias brasileñas de habla portuguesa, la autoidentificación puede variar ampliamente, reflejando una rica diversidad cultural y histórica que no siempre se ajusta a las categorías preestablecidas.

La génesis de estos términos se remonta a épocas antiguas, con 'hispano' derivando de la palabra latina 'Hispanicus', utilizada por los romanos para referirse a la Península Ibérica. En el siglo XIX estadounidense, 'hispano' se aplicaba a los descendientes de españoles en el suroeste. Por otro lado, 'latino' es una abreviatura de 'latinoamericano', un concepto acuñado por la historiografía francesa en el siglo XIX, impulsado por intereses geopolíticos. Sin embargo, la evolución demográfica y social en Estados Unidos llevó a la aparición de nuevas denominaciones. Grupos como los chicanos y boricuas, en la década de 1960, forjaron sus propias identidades para reivindicar su herencia y desafiar la marginación, lo que subraya la necesidad de categorías más inclusivas y respetuosas.

El desafío de clasificar estas identidades se hizo patente en los censos estadounidenses. Durante años, la falta de datos precisos sobre las comunidades con raíces hispanas y latinoamericanas obstaculizó sus luchas por los derechos civiles. A partir de 1970, el censo comenzó a incluir preguntas sobre el origen español, y en 1976, una ley federal exigió la recopilación de datos sobre personas de habla hispana. A pesar de los esfuerzos por popularizar el término 'hispano', surgieron críticas debido a su asociación con la colonización española y su exclusión de poblaciones latinoamericanas no hispanohablantes. El término 'latino' y, más recientemente, 'Latinx', surgieron como alternativas, aunque también enfrentan objeciones por su generalidad. La socióloga Nancy López destaca que ningún término puede abarcar la vasta diversidad de este grupo, abogando por una definición de identidad que contemple tanto la autoidentificación como la percepción social, para fomentar una mayor comprensión y empatía entre las diferentes comunidades.

En última instancia, la complejidad inherente a la categorización de las identidades 'hispana' y 'latina' subraya la importancia de reconocer la riqueza y singularidad de cada individuo y comunidad. Lejos de ser meras etiquetas, estos términos reflejan la historia, la cultura y la experiencia vivida de millones de personas. La búsqueda de una terminología más inclusiva y respetuosa, que celebre la diversidad y promueva la comprensión mutua, es un camino continuo hacia una sociedad más justa y equitativa. Al fomentar el diálogo y la empatía, podemos construir puentes que nos permitan apreciar las múltiples facetas de la identidad humana y superar las divisiones superficiales.

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