La reputación del sector turístico en las Islas Canarias ha experimentado un notable declive durante el segundo trimestre del año, situándose por debajo del umbral de aprobación, con una puntuación de 4.5 sobre 10. Esta disminución se atribuye a una serie de factores interconectados que han generado debate y preocupación. Entre ellos, destacan las manifestaciones en contra de la saturación turística, las disputas laborales relacionadas con las remuneraciones en el sector y el impacto directo de la actividad turística en la acuciante crisis de la vivienda en la región. Esta evaluación procede del Barómetro de Percepción Turística, una iniciativa de la consultora LLYC (Llorente y Cuenca), que analiza la opinión digital en redes sociales, foros y medios de comunicación sobre el turismo en las diecisiete comunidades autónomas españolas.
Para el caso específico de Canarias, el informe de LLYC se basó en el análisis de 23,296 comunicaciones. De estas, un 56.7% se originaron fuera de las islas, mientras que el 43.3% restante provino de residentes locales. La consultora ha monitoreado esta conversación desde el primer trimestre de 2021, momento en el que la reputación turística de Canarias se situaba en un favorable 7.1 sobre 10. Tras alcanzar su punto más alto en marzo de 2023 con un 7.7, la puntuación ha fluctuado entre 6 y 7, con una caída precipitada a 4.5 en junio de 2024, aunque se observó una posterior recuperación. Este descenso coincide con un aumento de mensajes críticos: un 13% aborda problemas laborales (coincidiendo con una huelga en Semana Santa por reivindicaciones salariales), un 12.2% refleja 'turismofobia', un 11.2% se refiere a cuestiones de gobernanza, otro 11.2% a la masificación y un 9.8% a la gentrificación.
A pesar de los desafíos mencionados, el informe de LLYC también destaca aspectos positivos en la conversación digital sobre el turismo en Canarias. Se mencionan récords de visitantes, con la región superando el millón de turistas extranjeros mensuales durante casi dos años consecutivos. Además, se valora el impulso a iniciativas de turismo sostenible, la modernización de infraestructuras, el crecimiento del turismo de lujo y la generación de empleo. No obstante, cinco temas específicos continúan afectando negativamente la percepción y reputación del turismo en Canarias: las protestas contra la saturación, las huelgas en el sector, el impacto del turismo en la vivienda, los problemas de seguridad y convivencia, y el debate en torno a la implementación de una tasa turística.
La consultora LLYC subraya que las protestas han intensificado su visibilidad, captando la atención de medios nacionales e internacionales. La percepción general es que el turismo en masa está mermando los recursos naturales y exacerbando problemas sociales, como el aumento del coste de la vida y la precarización laboral. Estas tensiones demandan un replanteamiento del modelo turístico canario, buscando un enfoque más sostenible y equitativo. En lo que respecta a la crisis de la vivienda, el informe señala que este asunto ha ganado relevancia en el discurso público, generando manifestaciones y exigencias de una regulación más estricta del mercado de alquiler vacacional. Se percibe que el turismo contribuye a la gentrificación y al desplazamiento de las comunidades locales, lo que ha elevado las tensiones sociales y evidencia la necesidad de políticas que equilibren el desarrollo turístico con el bienestar de los habitantes.
La huelga durante la Semana Santa es señalada como un momento crucial en las relaciones laborales del sector, evidenciando la urgencia de mejorar las condiciones de trabajo en la industria turística. A pesar de los récords en afluencia de turistas e ingresos, la opinión pública sostiene que estos beneficios no se traducen en mejoras para los trabajadores, lo que ha creado un clima de tensión y destaca la necesidad de soluciones que dignifiquen el empleo en el sector.