La reputación del sector turístico en la Región de Murcia ha sido objeto de un reciente estudio, el Barómetro de Percepción Turística, elaborado por la consultora LLYC, que revela una ligera disminución en la valoración ciudadana durante el segundo trimestre del año. La puntuación obtenida fue de 6.8 sobre 10, lo que representa un descenso marginal con respecto a los 7 puntos registrados en el trimestre anterior. Este análisis profundiza en los factores que contribuyen a esta percepción, tanto positivos como negativos, y destaca la necesidad de abordar los desafíos actuales para mantener la vitalidad y el atractivo del destino.
Entre los aspectos más valorados por la población, el estudio de LLYC subraya el dinamismo turístico de Murcia, la creciente actividad de cruceros en Cartagena, y la riqueza de sus festivales y eventos culturales. La gastronomía regional continúa siendo un pilar fundamental de atracción, mientras que las iniciativas centradas en la innovación y la sostenibilidad también reciben un reconocimiento positivo. La celebración de eventos emblemáticos, como el Festival Tres Culturas y el Rock Imperium Festival en Cartagena, no solo han inyectado vitalidad a la economía local, sino que también han consolidado la imagen de Murcia como un centro cultural de primer orden, atrayendo a un público joven y diverso, en comparación con periodos anteriores.
No obstante, la encuesta también ha puesto de manifiesto diversas preocupaciones. La situación de La Manga del Mar Menor es uno de los puntos más críticos, donde los visitantes expresan inquietud por la escasez de áreas verdes, la falta de parques infantiles y la ineficiencia del transporte público. A esto se suma la persistente preocupación por la salud ecológica del Mar Menor, un factor que sigue impactando negativamente en la imagen del lugar como destino de ocio. Las quejas se han intensificado, reflejando una falta de mejoras significativas en el último trimestre. Otro tema de desasosiego es el incremento de viviendas destinadas al turismo en la Región de Murcia, que plantea serios retos en cuanto a la regulación y la sostenibilidad urbana. En Cartagena, la ausencia de una normativa específica ha provocado una saturación en ciertas áreas, lo que ha generado el desplazamiento de residentes y una presión al alza en el mercado inmobiliario, urgiendo la implementación de medidas regulatorias efectivas.
La calidad de vida de los habitantes se ha visto comprometida por el auge incontrolado del turismo en algunas zonas, lo que ha llevado a una creciente demanda de soluciones por parte de las autoridades. Es imperativo que se establezcan políticas que equilibren el desarrollo turístico con el bienestar de la comunidad local y la preservación del entorno. Solo a través de un enfoque integral y colaborativo se podrá garantizar un futuro próspero y sostenible para el turismo en la Región de Murcia.