La región de Quintana Roo ha sido testigo de un notable incremento en el número de visitantes del extranjero durante los primeros meses del año en curso. Este crecimiento, que supera en un 8% las cifras del mismo período del año pasado, se presenta como un indicio claro de la resiliencia y el atractivo global de la zona, a pesar de los desafíos económicos que se ciernen sobre el país.
Según datos recientes de la Unidad de Política Migratoria del Instituto Nacional de Migración, entre enero y mayo se registró la llegada de 928 mil viajeros internacionales a Quintana Roo, lo que representa un aumento de 69 mil personas en comparación con los 859 mil recibidos en 2024. Este flujo constante de visitantes resalta el éxito de la estrategia turística de la entidad, que capitaliza sus atributos naturales, una infraestructura hotelera y de servicios de primer nivel, y la reconocida hospitalidad de sus habitantes, elementos que en conjunto contribuyen a una experiencia memorable para el viajero.
La Secretaría de Turismo estatal ha enfatizado que este auge es el reflejo de que Quintana Roo continúa cautivando a audiencias globales. La gobernadora del estado, Mara Lezama, ha subrayado el esfuerzo coordinado con diversas entidades internacionales, incluyendo gobiernos, aerolíneas, empresas de cruceros, agencias de viajes y tour operadores, para fortalecer la llegada de turistas. El objetivo es atraer a aquellos que valoran la riqueza cultural de la región, sus impresionantes costas, su diversa oferta gastronómica y, sobre todo, el calor humano de su gente.
Sin embargo, el optimismo por el crecimiento del turismo extranjero convive con una preocupación subyacente. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ha señalado una desaceleración económica a nivel nacional, influenciada por políticas comerciales externas. Esta situación podría afectar negativamente al turismo interno hacia Quintana Roo, un sector vital que constituye más del 80% de la economía local. La presidenta de Coparmex, María Jovita Portillo Navarro, ha expresado inquietud sobre el estancamiento económico en México y sus posibles repercusiones en la renovación de la infraestructura hotelera si disminuye el flujo de visitantes nacionales, lo que podría mermar el principal motor de desarrollo de la península.
El desafío radica ahora en equilibrar el crecimiento del turismo internacional con la necesidad de mitigar los posibles impactos de una disminución en el turismo nacional, garantizando así la sostenibilidad económica de Quintana Roo a largo plazo. Es fundamental que las autoridades y el sector privado continúen trabajando en conjunto para diversificar las estrategias de atracción de visitantes y fortalecer la economía local frente a las fluctuaciones del mercado global y nacional.