En un conmovedor gesto de recuerdo y admiración, se ha dado a conocer la apertura de una nueva ruta de escalada en las imponentes paredes de Montserrat. Esta vía, bautizada como 'Mateu-Botella', rinde tributo a dos distinguidos alpinistas y médicos, Javier Botella y Manel Mateu, quienes trágicamente perdieron la vida el pasado verano. La iniciativa de esta compleja ascensión ha sido obra de sus compañeros y amigos, Toti Valés, Toni Veres y Naïm Rico, quienes con dedicación y esfuerzo han logrado materializar este tributo vertical, inmortalizando la memoria de sus seres queridos en el corazón de la montaña. La obra no solo representa un desafío técnico superado, sino también un profundo testimonio de amistad y pasión compartida por el alpinismo.
La creación de esta vía no estuvo exenta de desafíos. Además de las dificultades inherentes al terreno y las condiciones meteorológicas, los aperturistas tuvieron que sortear un complejo entramado de permisos administrativos, un obstáculo que, aunque mundano, requirió persistencia. Tras obtener la aprobación necesaria del Patronato de la Montaña de Montserrat, el equipo procedió con el equipamiento de la vía, un proceso meticuloso que se extendió a lo largo de varios días, condicionado por la inestabilidad del clima, desde copiosas lluvias hasta un calor sofocante. Finalmente, en junio de 2025, la 'Mateu-Botella' quedó completamente instalada y lista para ser escalada, una hazaña que encapsula el espíritu de resiliencia y el cariño hacia sus amigos.
La flamante vía 'Mateu-Botella' en la cara oeste de la Miranda de les Magdalenes en Montserrat es un emotivo homenaje a los doctores y alpinistas Javier Botella y Manel Mateu, quienes fallecieron el verano anterior. Este proyecto, liderado por sus amigos Toti Valés, Toni Veres y Naïm Rico, se materializó en junio de 2025. La ruta, de 135 metros de longitud y una dificultad de 6b+/A1, se ha equipado completamente, lo que facilita su ascenso. Más allá del desafío técnico, la apertura de esta vía representa un profundo acto de recuerdo y camaradería, honrando la dedicación de Botella y Mateu tanto a la medicina como a la exploración de la montaña.
Javier Botella fue un reconocido médico, alpinista y divulgador, cuyas contribuciones literarias como 'Mal de altura' y 'Medicina para montañeros' enriquecieron significativamente el conocimiento sobre seguridad en la montaña. Su fallecimiento ocurrió durante el descenso del Khan Tengri en Kazajistán, una pérdida sentida por toda la comunidad montañera. Aproximadamente en la misma época, Manel Mateu, otro destacado médico y alpinista, también perdió la vida de forma súbita. Ante estas pérdidas, sus amigos decidieron emprender la creación de esta vía. El proceso enfrentó obstáculos burocráticos significativos para obtener los permisos, así como las inclemencias del tiempo, con días de lluvia y calor extremo. No obstante, la perseverancia del equipo culminó con éxito en junio de 2025, dejando una ruta permanente que perpetúa el espíritu aventurero de sus amigos. La vía está completamente equipada con anclajes fijos, ya que la naturaleza de la pared carece de fisuras para la autoprotección tradicional, lo que la convierte en un desafío accesible para aquellos que deseen rendir su propio tributo a través de la escalada.
La vía 'Mateu-Botella', ubicada en la vertiente occidental de la Miranda de les Magdalenes en Montserrat, es un recorrido de 135 metros dividido en cuatro largos. Con una dificultad máxima de 6b+/A1 y un grado obligatorio de IV, está completamente equipada con parabolts y anillas, lo que la hace accesible para escaladores que deseen afrontar un reto deportivo. La aproximación a la base de la vía comienza desde la parte superior del funicular de Sant Joan, continuando hacia las ruinas de la ermita de Santa Magdalena, y luego descendiendo por un canal hasta encontrar las primeras chapas y una placa con el nombre de la ruta, proporcionando una guía clara para su inicio.
El primer largo de la vía, de 40 metros, presenta el tramo más exigente con una dificultad de 6b+/A1 en los primeros cinco pasos, para luego suavizarse a V+ y IV+. Cuenta con trece parabolts y culmina en una reunión con dos anillas. El segundo largo, de 30 metros y dificultad IV, incorpora ocho parabolts y finaliza en una reunión similar. El tercer largo, de 20 metros y grado II, con tres parabolts, conduce a una zona horizontal con vegetación, avanzando otros 20 metros hasta la cuarta reunión. Finalmente, el cuarto largo combina tramos de V/A0 y IV+, ascendiendo recto hasta la cumbre, donde se encuentra la última reunión. Para el descenso, se recomienda caminar de regreso hacia la ermita de Santa Magdalena. En cuanto al material necesario, se aconsejan quince cintas exprés, reuniones y estribos, garantizando así una escalada segura y eficiente en esta emocionante y significativa ruta.