El sector turístico español ha mostrado un vigoroso repunte en julio, atrayendo a más de 11 millones de visitantes foráneos, lo que supone un incremento interanual del 1.6%. Este notable flujo de viajeros se traduce también en un aumento del gasto promedio, que alcanzó los 1.493 euros por persona, un 4.4% más que el año precedente. Estos indicadores confirman la consolidación de España como un destino preferente, con un crecimiento constante que beneficia a la economía nacional. La afluencia se distribuye principalmente entre países europeos, consolidando la confianza en la oferta turística española.
En cuanto a las tendencias observadas, el Reino Unido lidera la emisión de turistas hacia España, con un volumen cercano a los 2.1 millones de visitantes en julio, marcando un ligero ascenso del 0.7%. Aunque Francia y Alemania, importantes mercados emisores, mostraron una leve contracción, la diversificación de la procedencia de los turistas y el predominio de viajes independientes sobre los paquetes turísticos, con un aumento del 2.3% en los primeros, sugieren una mayor adaptabilidad y preferencias individuales en las experiencias de viaje. Las Islas Baleares, Cataluña y Andalucía se mantienen como las regiones más atractivas, absorbiendo una parte considerable del total de llegadas.
Analizando el periodo acumulado de enero a julio, la trayectoria ascendente del turismo internacional se mantiene firme. Cataluña encabeza la lista de destinos preferidos, seguida de Canarias y Baleares, todas ellas registrando incrementos positivos en la recepción de viajeros. El Reino Unido continúa siendo el principal contribuyente al gasto total, seguido por Alemania y Francia. Este panorama no solo refleja el éxito de las estrategias de promoción turística, sino también la resiliencia y el atractivo intrínseco de España, capaz de adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado global. Es un testimonio del valor del trabajo y la innovación constante en el turismo, que se traduce en prosperidad y un espíritu de optimismo para el futuro.