La nación mexicana ha celebrado un período de verano extraordinario en el sector turístico, marcando nuevas cimas en la ocupación hotelera y el gasto de los visitantes. Este logro se atribuye a una estrategia integral que enfatiza la cooperación entre diferentes niveles de gobierno y el desarrollo de un modelo de turismo comunitario, promoviendo una distribución más equitativa de las ganancias en las localidades anfitrionas. Estos resultados reflejan la creciente fortaleza del destino México en el ámbito global, consolidando su atractivo y su capacidad para generar un impacto económico positivo a través de diversas modalidades turísticas, incluyendo el creciente segmento del turismo deportivo.
El impresionante desempeño del sector durante los meses estivales subraya la efectividad de las políticas implementadas para impulsar la afluencia de viajeros y mejorar la infraestructura turística. Con un incremento notable en el número de huéspedes y un repunte significativo en la ocupación, México se posiciona como un jugador clave en la industria del viaje, destacando su compromiso con la sostenibilidad y la inclusión social en el desarrollo de sus ofertas turísticas. La atención a los beneficios económicos y sociales para las comunidades locales es un pilar fundamental de esta visión, asegurando que el crecimiento del turismo beneficie a todos los involucrados.
La Secretaría de Turismo de México (Sectur) ha confirmado un desempeño sin precedentes en el sector hotelero durante el verano, un período clave que va del 14 de julio al 31 de agosto. Los datos revelan que el país logró una ocupación promedio del 63%, superando en 2.8 puntos porcentuales el registro del año anterior. Este notable incremento se tradujo en la recepción de 21.46 millones de turistas que se hospedaron en hoteles a lo largo y ancho del territorio nacional, lo que representa un aumento del 4.5% en comparación con 2024.
La funcionaria al frente de la Sectur, Josefina Rodríguez Zamora, ha destacado que estos impresionantes números son el fruto de una labor coordinada y eficaz entre los distintos órdenes de gobierno, las instituciones del sector y las propias comunidades locales. Esta sinergia ha sido fundamental para posicionar a México como un destino turístico altamente competitivo a nivel global. Un elemento crucial de esta estrategia ha sido la consolidación del turismo comunitario, un enfoque innovador que busca asegurar que los beneficios económicos y sociales derivados de la actividad turística se distribuyan de manera justa entre los habitantes de las zonas visitadas. Este modelo no solo enriquece la experiencia del viajero, sino que también empodera a las comunidades, incentivando su participación activa en la cadena de valor turística. Además, se ha puesto de manifiesto el potencial del turismo deportivo como un motor económico adicional, demostrando la diversificación y resiliencia del panorama turístico mexicano.
El éxito del verano en la industria turística mexicana no solo se mide por la ocupación hotelera, sino también por el impacto económico que genera. La consolidación del turismo deportivo, por ejemplo, ha sido identificada como una fuerza motriz significativa para el sector, con una contribución económica estimada en 60.4 mil millones de pesos, aproximadamente 3 mil millones de dólares. Este segmento atrae a un considerable número de visitantes internacionales, evidenciando el potencial de nichos específicos para desestacionalizar el turismo y distribuir la afluencia de viajeros a lo largo del año.
La Secretaria de Turismo, Josefina Rodríguez Zamora, enfatizó que esta modalidad turística contribuye con aproximadamente el 10% del gasto turístico global total. Más allá de las cifras, el turismo deportivo se ha revelado como un catalizador para el fortalecimiento del tejido social y una plataforma para proyectar la vasta riqueza cultural y natural de México ante el mundo. La capacidad de atraer eventos deportivos de gran envergadura y a sus respectivos aficionados no solo inyecta capital a la economía local, sino que también fomenta el orgullo y la participación comunitaria. Este enfoque multidimensional, que combina el crecimiento económico con el desarrollo social y la promoción cultural, es un testimonio de la estrategia integral que ha permitido a México alcanzar y superar sus objetivos turísticos en la reciente temporada estival, sentando las bases para un futuro prometedor en la industria de viajes.