En respuesta a la acuciante situación económica, el gobierno cubano, bajo la dirección de su primer ministro Manuel Marrero Cruz, ha anunciado una serie de medidas revolucionarias destinadas a fomentar la inversión en el vital sector hotelero. Estas iniciativas incluyen la autorización para establecer empresas de capital mixto, que combinarán recursos de entidades estatales cubanas con la participación de empresas privadas, tanto nacionales como internacionales. Además, se explorarán modalidades de operación como los acuerdos de \"swap\" con compañías extranjeras, marcando un cambio significativo en la tradicional gestión de los activos turísticos de la isla.
Durante su intervención ante la Asamblea Nacional, el primer ministro Marrero Cruz enfatizó que estas nuevas políticas de inversión se implementarán con una condición inquebrantable: la preservación de la soberanía nacional. El anuncio resalta la aprobación de un acuerdo de arrendamiento hotelero con una empresa foránea, el primero de su tipo, y la evaluación de otras propuestas similares que prometen ser altamente beneficiosas para el desarrollo del país. Esta afirmación busca disipar preocupaciones sobre una posible cesión de control, asegurando que cada nueva asociación contribuirá al progreso sin menoscabar la independencia de la nación.
Las próximas normativas que regirán la inversión extranjera en Cuba anticipan la supresión del requisito que obligaba a las cadenas hoteleras internacionales a formar una empresa conjunta o a firmar un contrato específico con una entidad gubernamental cubana para poder operar hoteles en la isla. Este ajuste regulatorio tiene como objetivo simplificar los procesos y atraer a un mayor número de inversionistas, facilitando el ingreso de capital y experticia al sector turístico cubano.
La nueva estrategia de apertura de Cuba se desarrolla en un contexto de continuas tensiones con Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a las sanciones impuestas por la administración de Donald Trump. Estas sanciones han incluido la designación de propiedades hoteleras, como el icónico hotel Torre K, en una lista de entidades restringidas, debido a su conexión con GAESA, un conglomerado militar que posee una influencia económica considerable en Cuba. La denominada \"lista de alojamientos prohibidos\" forma parte de un paquete de medidas restrictivas diseñadas para limitar los flujos financieros hacia el gobierno cubano, afectando directamente al turismo internacional y presentando un desafío adicional a los esfuerzos de la isla por revitalizar su economía a través de la inversión extranjera.