Emprende un cautivador viaje al sur de Inglaterra y descubre Canterbury, una localidad cargada de historia y encanto medieval. Esta pintoresca ciudad, fácilmente accesible desde Londres, es un destino imprescindible para quienes buscan sumergirse en la rica herencia cultural británica. Su monumento más emblemático es la grandiosa catedral, una obra maestra gótica reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pero más allá de su imponente estructura, Canterbury ofrece un tapiz de calles adoquinadas, edificios históricos y vestigios de un pasado que se extiende desde la época romana hasta la Reforma Anglicana. Prepárate para explorar un lugar donde cada rincón cuenta una historia, desde antiguos mártires hasta príncipes legendarios, y donde la atmósfera de antaño aún perdura en cada fachada y pasillo.

La historia de Canterbury se remonta a sus orígenes como el asentamiento romano de Durovernum Cantiacorum, edificado a orillas del río Stour. Sin embargo, su relevancia histórica se consolidó a finales del siglo VI con la llegada de San Agustín, enviado por el Papa para difundir el cristianismo entre los anglosajones. Desde aquel momento fundacional, Canterbury se erigió como el epicentro religioso de Inglaterra, un estatus que ha mantenido a lo largo de los siglos y que se manifiesta en su majestuosa catedral.

La Catedral de Canterbury es la joya de la corona de la ciudad y el principal motivo de visita para muchos. Su imponente presencia gótica se alza sobre un terreno que ha sido testigo de siglos de construcción y reconstrucción. Para acceder a ella, se atraviesa el monumental Christ Church Gate, una puerta decorada con intrincados detalles que evoca la grandeza medieval. La catedral es la sede primordial de la Iglesia de Inglaterra y del Arzobispo de Canterbury, una posición de inmenso poder e influencia desde que Enrique VIII proclamó la separación de la Iglesia Católica Romana en 1534.

Su arquitectura refleja una compleja evolución, con un coro espectacular y vidrieras medievales que narran siglos de fe y conflicto. La visita interior revela pasajes como la cripta del siglo XII, con sus murales románicos, y el claustro, un remanso de paz. Un punto de especial interés es el sepulcro del Príncipe Negro, Eduardo de Woodstock, hijo del rey Eduardo III. Este personaje histórico, famoso por sus hazañas militares en la Guerra de los Cien Años, incluyendo la victoria en Poitiers, y su intervención en España, yace en un espléndido monumento que transporta la imaginación a la caballeresca Edad Media. El horario de visita de la catedral es de lunes a sábado de 10:00 a 17:00 (último acceso a las 16:00) y los domingos de 12:30 a 17:00 (último acceso una hora antes). El costo de la entrada varía según la temporada, siendo de 19,50 libras de abril a septiembre, 18 libras de octubre a marzo, y 21 libras los fines de semana de julio y agosto.

Pero Canterbury es mucho más que su catedral. Un paseo por Mercery Lane, la calle principal, sumerge al visitante en un auténtico ambiente medieval, con sus características casas entramadas. Otros puntos de interés incluyen el West Gate Museum, la única puerta medieval conservada de la ciudad, que ahora alberga una colección de armas y fue utilizada como prisión. Además, se pueden explorar los restos de la Abadía de San Agustín, construida en el año 597, y los vestigios de la iglesia de St Pancras, del siglo VII. A poca distancia, en una colina, se encuentra la iglesia de St Martin, considerada la parroquia más antigua de Inglaterra. Este conjunto de sitios históricos y la atmósfera única de la ciudad la convierten en un destino fascinante para cualquier entusiasta de la historia y la cultura.

Canterbury ofrece un mosaico de experiencias que van más allá de su grandiosa catedral. Sus calles medievales y edificaciones históricas transportan a los visitantes a épocas pasadas, permitiéndoles revivir la atmósfera de un importante centro religioso y comercial. Desde sus orígenes romanos hasta su papel central en la historia anglicana, la ciudad es un testamento vivo de la evolución británica. Una excursión a Canterbury promete una inmersión profunda en la historia, la arquitectura y el encanto de una de las localidades más emblemáticas de Inglaterra, garantizando una jornada inolvidable para todos aquellos que buscan conectar con el pasado.