En el corazón de la hermosa Francia, la región de Dordoña, antes conocida como Perigord, desvela un tapiz de pueblos encantadores, cada uno con su propia historia que se remonta a épocas medievales. Un recorrido por el Perigord Negro, específicamente en la cuenca del río Dordoña, ofrece una experiencia de viaje inolvidable, combinando la exploración de ciudades históricas con la serenidad de paisajes naturales impresionantes y la majestuosidad de antiguas fortalezas.
La aventura comienza en Sarlat-la-Canéda, el corazón vibrante del Perigord Negro. Aunque técnicamente una pequeña ciudad por su número de habitantes, Sarlat irradia el aura de un pueblo medieval. Sus calles adoquinadas son un crisol de estilos arquitectónicos, donde las edificaciones con entramado de madera, reminiscencia de la Edad Media, conviven armoniosamente con la sofisticación renacentista del siglo XVII y la sobriedad clásica del siglo XVIII. Un suceso trascendental, un incendio devastador a principios del siglo XVIII, provocó esta ecléctica mezcla, al destruir gran parte de sus estructuras originales. Imprescindible en tu visita es ascender a la torre de la restaurada iglesia de Santa María. Un moderno ascensor panorámico te eleva a un mirador, desde donde se despliega una vista espectacular del centro histórico, invitándote a perderte en sus callejones repletos de encanto.
A pocos kilómetros, a orillas del río Dordoña, se alza el idílico La Roque-Gageac. Este pintoresco asentamiento, reconocido como uno de los más bellos de Francia, se adhiere dramáticamente a la base de un imponente acantilado rocoso que desciende hacia el río. Sus casas de piedra, construidas en un estrecho margen de tierra, se despliegan en un escenario natural de asombrosa belleza. Para apreciar verdaderamente la singularidad de su ubicación, un paseo en una gabarra tradicional por el río es la mejor opción. Este crucero fluvial no solo te permitirá admirar el pueblo desde una perspectiva única, sino también vislumbrar tres majestuosos castillos que coronan las colinas circundantes, destacando entre ellos el imponente Castillo de Castelnaud-la-Chapelle.
Continuando el recorrido a lo largo del mismo valle del Dordoña, a tan solo diez kilómetros de Sarlat, se encuentra Beynac. Similar a La Roque-Gageac en su emplazamiento al pie de un acantilado y junto al río, las edificaciones de piedra de Beynac se apiñan en una franja de tierra limitada. Sin embargo, la joya de Beynac es su magnífico castillo del siglo XII, encaramado en la cima del acantilado. Este castillo, meticulosamente restaurado, ofrece vistas panorámicas inigualables del Valle de la Dordoña, conocido cariñosamente como el "Valle de los Cinco Castillos", un espectáculo que cautiva la mirada y el alma.
Finalmente, hacia los confines de esta subcomarca, a unos cuarenta kilómetros al norte de Sarlat, se encuentra Terrasson-Lavilledieu, otro de los atractivos pueblos del Perigord Negro. Con raíces que se hunden en la prehistoria, Terrasson floreció con el establecimiento de un monasterio en el siglo VI. Su centro histórico, concentrado alrededor de la iglesia gótica de Saint Sour y la pintoresca Plaza Bouquier, está salpicado de 'echoppes', las tradicionales fachadas de madera que adornan las tiendas. La segunda gran atracción de Terrasson es su innovador Jardín Imaginario, una obra maestra contemporánea diseñada en 1996 por la paisajista Kathryn Gustafson y el arquitecto Ian Ritchie. Este jardín de seis hectáreas, situado en un bosque sobre una colina, ofrece siete escenas paisajísticas distintas y proporciona vistas impresionantes del centro histórico de Terrasson. La construcción del Puente Nuevo en 1830, cruzando el río, marcó un hito en la historia más reciente del lugar.
Este viaje por los pueblos del Perigord Negro es una invitación a sumergirse en un capítulo vivo de la historia francesa, donde cada piedra, cada callejuela, y cada paisaje fluvial narra una historia de resistencia, belleza y encanto inmutable. La combinación de arquitectura medieval, panoramas naturales y la hospitalidad local promete una experiencia turística verdaderamente enriquecedora y revitalizante para cualquier viajero ávido de descubrimientos.