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Descubrimiento de Asnas Egipcias Sacrificadas en la Antigua Ciudad Cananea de Gat: Un Ritual Misterioso de Protección
2025-07-18

En la histórica ciudad de Gat, un equipo de arqueólogos ha desenterrado un enigma fascinante. Se trata del hallazgo de cuatro burras jóvenes, todas hembras, sacrificadas y meticulosamente dispuestas bajo los cimientos de antiguas viviendas. Este descubrimiento, que se remonta a la Edad del Bronce, revela una práctica ritual profundamente arraigada, donde estos animales, provenientes del Nilo, no solo eran un símbolo de estatus, sino también posibles ofrendas sagradas para la protección y la prosperidad de sus habitantes.

Revelaciones Arqueológicas en la Ciudad Cananea de Gat

En el corazón del Parque Nacional de Tell es-Safi, en la actual Israel, se encuentra la imponente ciudad cananea de Gat, un antiguo centro de poder con extensas conexiones comerciales que se extendían hasta las lejanas tierras de Egipto y Mesopotamia. Recientemente, un equipo de arqueólogos ha desvelado un hallazgo extraordinario: los esqueletos intactos de cuatro burras jóvenes, enterradas cuidadosamente bajo las estructuras de hogares que datan de entre el 2900 y el 2550 a.C.

Los investigadores han detallado que estas jóvenes hembras, en perfectas condiciones de salud al momento de su muerte, fueron sacrificadas de forma ritual. Sus cuerpos se encontraron en fosas poco profundas, con sus cabezas orientadas hacia el este, quizás como un tributo al sol naciente. De manera notable, una de las burras fue decapitada, con su cabeza colocada sobre el abdomen, mientras que las otras tres presentaban sus patas atadas, lo que subraya la naturaleza deliberada y simbólica de estos entierros.

Los análisis científicos realizados a los restos de los animales han confirmado que su origen no era local, sino que nacieron y crecieron a cientos de kilómetros de distancia, en la fértil tierra de Egipto. Posteriormente, fueron trasladadas a Gat, donde finalmente encontraron su destino ritual. Los expertos enfatizan que estos entierros eran inequívocamente ceremoniales, ya que no se encontraron objetos personales junto a los esqueletos; solo los animales, dispuestos de manera uniforme y con una precisión que denota un acto sagrado.

Este estudio, publicado en la prestigiosa revista PLOS ONE, plantea la pregunta crucial: ¿por qué se importaban burras desde Egipto para ser sacrificadas? Los investigadores sugieren que, a diferencia de otros restos de burros hallados en el mismo sitio que fueron destinados al consumo, estas cuatro burras egipcias poseían un valor simbólico excepcional. Se les confirió un respeto casi reverencial, lo que indica un estatus superior.

Para determinar con precisión la procedencia de los animales, el equipo llevó a cabo un análisis detallado de sus dientes, examinando tres distintas 'huellas químicas'. Los resultados revelaron que la dieta de estas burras era rica en pastos típicos de Egipto, en contraste con las burras locales que consumían la vegetación de Israel. Además, el oxígeno presente en sus huesos reflejaba los patrones estacionales de las crecidas del Nilo, con picos que coincidían con las lluvias monzónicas en Etiopía. Finalmente, los niveles de estroncio encontrados en sus restos eran consistentes con los de la tierra egipcia, confirmando así su origen.

Durante la vibrante Edad del Bronce, los burros eran esenciales para el transporte y el comercio. Sin embargo, los hallazgos de este estudio sugieren que estas burras egipcias tenían una significación particular. Los investigadores postulan que la importación de estos animales pudo haber sido una forma para las élites de Gat de exhibir su riqueza y alardear de la relevancia de sus contactos comerciales. Enterrarlas bajo los cimientos de las casas podría haber representado un acto de invocación de prosperidad o protección divina, con su orientación hacia el este y el meticuloso sacrificio señalando un ritual organizado, posiblemente conectado a deidades o creencias autóctonas.

A pesar de las esclarecedoras pruebas, estos misteriosos entierros aún suscitan muchas interrogantes sin resolver. ¿Quiénes eran los encargados de organizar tales rituales? ¿Eran estas ceremonias exclusivas de las élites, o formaban parte de una práctica más extendida entre la población? Lo que sí queda patente, a la luz de los descubrimientos, es que estos animales no eran meras bestias de carga. Los investigadores concluyen, con firme convicción, que no cualquier burro era digno de ser sacrificado en Gat, sino únicamente las jóvenes hembras procedentes de Egipto, consideradas, literalmente, un 'regalo del Nilo'.

Reflexiones sobre el Antiguo Ritual y su Significado

Este fascinante descubrimiento nos invita a una profunda reflexión sobre las complejas creencias y prácticas de las civilizaciones antiguas. Nos muestra cómo la vida cotidiana estaba intrínsecamente ligada a lo sagrado, y cómo elementos aparentemente mundanos, como un animal de carga, podían adquirir un profundo significado ritual y simbólico. La devoción de los habitantes de Gat hacia estas burras egipcias, manifestada en su sacrificio y entierro ceremonial, nos hace cuestionar qué otras formas de conexión espiritual existieron entre el ser humano y el mundo animal en tiempos remotos. Es un recordatorio de que, incluso en las épocas más antiguas, las sociedades buscaban protección y prosperidad a través de actos que hoy nos resultan enigmáticos, pero que para ellos eran vitales para su existencia y bienestar.

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