Un análisis de los flujos de viajeros revela una notable divergencia en el rendimiento turístico de dos destinos caribeños prominentes durante el primer semestre de 2025. Mientras la República Dominicana celebra un crecimiento sostenido en la llegada de visitantes, el Aeropuerto Internacional de Cancún enfrenta una contracción en su volumen de pasajeros, lo que enciende las alarmas en el sector turístico de Quintana Roo.

Las estadísticas del Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR) indican que el aeropuerto de Cancún recibió aproximadamente 15.48 millones de pasajeros en los primeros seis meses de este año, lo que representa una disminución del 4.7% en comparación con el mismo lapso del año previo. Esta caída afectó tanto a los viajeros internacionales, con una baja del 6.2%, como a los nacionales, que registraron una leve reducción del 1%. En contraste, los datos del Ministerio de Turismo dominicano muestran la llegada de más de 4.47 millones de turistas vía aérea en el mismo período, evidenciando un incremento del 0.8% respecto a 2024 y consolidando la posición del país como un destino en expansión.

Frente a este escenario, las entidades turísticas de Quintana Roo han expresado su inquietud ante la disminución de visitantes y han cuestionado las justificaciones que atribuyen esta tendencia a factores externos, como la escasez de aeronaves. Argumentan que destinos competidores como Punta Cana no han sido afectados por tales inconvenientes. El Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQ), liderado por Andrés Martínez Reynoso, ha intentado explicar esta situación citando factores como el abandono del mercado canadiense en Cuba, particularmente en La Habana y Varadero, así como el impacto de las políticas estadounidenses en el turismo de la región. Sin embargo, la brecha de rendimiento con la República Dominicana subraya la necesidad de una revisión estratégica profunda para mantener la competitividad de Cancún.

La situación actual invita a la reflexión sobre la dinámica del mercado turístico global y la importancia de la resiliencia y la adaptación. A pesar de los desafíos, cada adversidad presenta una oportunidad para innovar, fortalecer las ofertas de valor y redefinir estrategias que impulsen el crecimiento y la prosperidad en el futuro. Es un momento crucial para que los destinos reafirmen su atractivo, invirtiendo en infraestructura, promoviendo la sostenibilidad y mejorando la experiencia del visitante, garantizando así un futuro más prometedor y equitativo para todos.