La situación actual en Playa del Carmen para el sector hotelero es alarmante, marcada por una confluencia de factores negativos que amenazan la estabilidad laboral y económica de la región. La baja ocupación, sumada a una tendencia de tarifas a la baja y un incremento continuo en los costos operativos, ha empujado a los pequeños hoteles a considerar medidas drásticas como la reducción de personal. Este escenario se agrava con la percibida falta de control sobre los alquileres vacacionales, que operan con menores cargas impositivas, y la reciente propuesta de aumentar los valores catastrales, lo que añadiría una presión fiscal insostenible para muchos establecimientos. La llamada al diálogo por parte de las asociaciones hoteleras refleja la urgencia de encontrar soluciones coordinadas que permitan al sector mantener su competitividad y evitar un colapso.
Los hoteleros de Playa del Carmen están experimentando un periodo de gran incertidumbre y desafíos sin precedentes. La conjunción de una demanda turística debilitada, que se refleja en tasas de ocupación significativamente bajas, junto con una implacable presión sobre las tarifas y un ascenso imparable de los costos operativos, ha creado un entorno extremadamente hostil. Ante este panorama, la Asociación de Pequeños Hoteles de Playa del Carmen se ve obligada a contemplar la difícil decisión de implementar \"descansos solidarios\" o incluso despidos directos. La situación se complica aún más por la proliferación de propiedades de alquiler vacacional, que, al operar bajo un régimen fiscal menos riguroso, distorsionan el mercado y socavan la competitividad de los hoteles formales. Además, la propuesta de un incremento en los valores catastrales para 2026 ha generado una profunda preocupación, ya que representaría una carga adicional que podría precipitar el cierre de muchos negocios. Es imperativo que las autoridades y el sector trabajen juntos para mitigar estos impactos y salvaguardar el futuro del turismo en la región.
El sector hotelero en Playa del Carmen atraviesa un momento crítico, enfrentando la dualidad de tarifas reducidas y costos operativos en ascenso, lo que se traduce en una ocupación que no supera el 50%. Esta combinación adversa ha llevado a los pequeños hoteleros a considerar ajustes en su plantilla laboral, incluyendo despidos, como una medida de supervivencia. La preocupación se centra en la sostenibilidad del negocio frente a un mercado en el que todos los insumos suben de precio, excepto las tarifas de alojamiento, y la competencia desregulada de las rentas vacacionales, que no contribuyen fiscalmente de la misma manera.
La situación de los hoteles en Playa del Carmen es cada vez más precaria. Offner Arjona, presidente de la Asociación de Pequeños Hoteles, ha compartido datos preocupantes, indicando que la ocupación promedio en la primera semana de agosto se situó en un 50%, cifra ligeramente superior al 48% registrado la semana previa. Esta tendencia a la baja en la ocupación es insostenible si se compara con el aumento generalizado de los costos de operación. A diferencia de otros bienes y servicios, las tarifas hoteleras no han logrado mantenerse a la par con la inflación, generando un desequilibrio financiero significativo. Los hoteleros locales, que cumplen rigurosamente con todas las regulaciones y obligaciones fiscales, solicitan un mayor apoyo y control sobre las plataformas de alquiler vacacional. Estas últimas, al no estar sujetas a la misma carga tributaria, representan una competencia desleal que amenaza la viabilidad de los negocios establecidos. La asociación busca evitar una \"guerra de tarifas\" que solo agravaría la situación, haciendo un llamado a la equidad y a la regulación para garantizar un campo de juego justo para todos los actores del mercado.
Los hoteleros de Playa del Carmen no solo lidian con la baja ocupación y los altos costos, sino también con la creciente preocupación por el aumento de impuestos y la competencia desregulada de los alquileres vacacionales. La propuesta de incremento en los valores catastrales para 2026 genera alarma en el Consejo Hotelero del Caribe Mexicano (CHCM), que advierte sobre los posibles efectos negativos en el turismo y la economía local. El sector demanda una regulación más efectiva para las rentas vacacionales, que actualmente operan con ventajas fiscales y minan la competitividad del alojamiento tradicional.
El Consejo Hotelero del Caribe Mexicano (CHCM) ha manifestado su profunda inquietud ante la inminente revisión y propuesta de aumento de los valores en las tablas catastrales para el municipio de Solidaridad, donde se ubica Playa del Carmen, de cara al ejercicio fiscal 2026. Esta medida, de aplicarse de manera desproporcionada, podría tener repercusiones devastadoras para el sector turístico y la población en general, según una carta enviada por David Ortiz Mena, vicepresidente del CHCM, a la Dirección de Catastro municipal. La misiva subraya que un incremento en el impuesto predial, sumado a la ya complicada situación de baja ocupación y tarifas deprimidas, haría inviable la operación para muchos hoteles. Además, la persistente falta de control sobre los alquileres vacacionales, que evaden impuestos significativos y operan con menos restricciones, agrava la situación, creando una desventaja competitiva para los establecimientos hoteleros formales que sí cumplen con todas sus obligaciones fiscales y normativas. El sector clama por un diálogo constructivo con las autoridades para encontrar soluciones equitativas que promuevan un desarrollo turístico sostenible y justo para todos.