La sostenibilidad en la aviación global es un imperativo creciente. Un análisis detallado de Mabrian, una firma líder en inteligencia turística, ha puesto de manifiesto que la optimización de las trayectorias de vuelo de larga distancia se erige como una estrategia fundamental para contener las emisiones de dióxido de carbono asociadas al tráfico aéreo transnacional en América Latina. A pesar de un incremento general del 5.6% en las emisiones de CO2 de los vuelos hacia y dentro de siete naciones clave de la región durante 2024, ciertos países han demostrado la viabilidad de la reducción de la huella de carbono por viajero mediante la implementación de rutas más eficientes. Este estudio subraya la urgencia de adoptar prácticas operativas innovadoras para avanzar hacia un futuro más verde en la industria aérea.
El informe de Mabrian, una entidad especializada en inteligencia turística, analizó la huella de carbono por pasajero en vuelos con destino a siete naciones principales de América Latina y el Caribe: Argentina, Chile, México, Brasil, Colombia, Perú y Uruguay. Estos destinos, que representaron el 98% de las llegadas internacionales a la región en 2024, registraron un total de 38.3 millones de toneladas de CO2 emitidas por vuelos nacionales e internacionales, lo que representa un aumento del 5.6% en comparación con 2023. No obstante, el estudio arrojó luz sobre la capacidad de algunas de estas naciones para reducir la emisión de carbono por viajero, gracias a una gestión más eficiente de sus rutas aéreas.
La metodología utilizada por Mabrian para calcular la huella de carbono por pasajero se basa en los principios de la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO), considerando factores como el tipo de cabina, la proporción entre pasajeros y carga, y el factor de ocupación de los vuelos. Este indicador, expresado en kilogramos de CO2 por viajero, permite comprender el impacto ambiental individual de cada pasajero que arriba a un destino por vía aérea. Carlos Cendra, director de Marketing y Comunicación de Mabrian, enfatizó que la relevancia de este indicador se potencia al vincularlo con otros parámetros de impacto turístico, como el nivel y la distribución del gasto de los visitantes, ofreciendo una visión más holística de la sostenibilidad del turismo.
Los hallazgos del análisis revelan panoramas contrastantes. Por un lado, países como Chile, que experimentó una disminución del 5.3%, Colombia con un -3.9%, Uruguay con un -3.4%, y Perú con un -0.7%, lograron una reducción en su huella de carbono por pasajero en comparación con el año anterior. Esto se atribuye a una mejora notable en la eficiencia de las rutas de larga distancia. Por ejemplo, en Chile, los vuelos procedentes de Australia (-7.9%), Nueva Zelanda (-2.3%) y España (-0.2%) mostraron reducciones significativas en sus emisiones. De manera similar, en Colombia, los vuelos desde Turquía y Alemania lograron recortes del 18.8% y 10.7% respectivamente, mientras que en Uruguay, las emisiones de vuelos desde Colombia disminuyeron un 12.1% y las de España un 4.1%. En contraste, Argentina (+6.3%), México (+4.7%) y Brasil (+1.9%) registraron incrementos en sus emisiones por viajero, lo que sugiere la necesidad de mayores esfuerzos en la optimización de rutas y la implementación de tecnologías más limpias.
En resumen, la eficiencia operativa en el diseño y ejecución de rutas aéreas de larga distancia es un factor determinante para la mitigación de las emisiones de carbono en el sector de la aviación. Los resultados del estudio de Mabrian en América Latina demuestran que, a pesar del crecimiento en el tráfico aéreo, es posible avanzar hacia un modelo de aviación más sostenible si se prioriza la optimización de las trayectorias de vuelo, lo que beneficiaría tanto al medio ambiente como a la eficiencia económica de las aerolíneas.